9 verdades para vivir conforme a la voluntad de DiosMuestra

La adversidad: Él nos refina por medio del fuego

El paño puede quitar el polvo de una pieza de oro, pero el metal debe ser refinado para eliminar los residuos de impurezas. Es decir, debe ser fundido por el fuego para que pueda surgir cualquier mancha o contaminación y ser quitada de la superficie.

La vida cristiana se compara a menudo con este proceso. Cuando enfrentamos luchas, Dios nos está refinando como metal precioso y así poder eliminar toda la suciedad y la contaminación. No lo hace para lastimarnos, sino para ayudarnos a convertirnos en hermosos reflejos de la vida de su Hijo (Malaquías 3.3).

Con frecuencia escuchamos a la gente decir: “¡Este mundo está fuera de control!”. Quienes creen poco o nada en el Dios Todopoderoso del universo se encuentran sin ninguna fuente de fortaleza o aliento cuando su mundo comienza a derrumbarse. El sufrimiento por la familia, los problemas económicos, las tragedias naturales... son cosas de las que hemos sido testigos directos. Ante semejante confusión, ¿cómo podemos estar seguros de que Dios está en control?

Si tuviera que elegir un solo libro de las Sagradas Escrituras que revele de manera poderosa el control total de Dios, de principio a fin, ese libro sería Génesis. En este primer libro de la Biblia, vemos a Dios actuando a través de innumerables circunstancias y obstáculos. Lo contemplamos como el supremo Creador, trayendo todo a la existencia a partir de la nada. Lo vemos ofreciendo un camino para que podamos vencer el pecado y la muerte, asegurando la victoria a pesar de la caída del hombre. También lo vemos destruyendo a toda la humanidad con un gran diluvio, pero preservando a una familia para volver a poblar la Tierra.

Una y otra vez a lo largo de Génesis, vemos este patrón: Dios planea hacer algo y, a pesar de la infidelidad humana, su voluntad perfecta se cumple. Este es el caso a lo largo de toda la Biblia, y sigue siendo cierto hoy en día. Dios está en control... a pesar de nuestro dolor, nuestras preguntas, nuestra confusión y nuestro egoísmo. Y Él promete usar cualquier adversidad que enfrentemos para transformarnos a imagen de su Hijo.