9 verdades para vivir conforme a la voluntad de DiosMuestra

La rendición: El punto de partida

Dios diseñó la vida de cada uno de nosotros para la gloria de Él. Incluso antes de que usted lo conociera, Él le conocía íntimamente: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos” (Salmo 139.1-3). Cuando nos rendimos a Dios, cambiamos nuestros pensamientos, sentimientos y deseos antiguos por otros nuevos. La fe es la única manera en que podemos hacerlo. Por fe, creemos que Dios es quien dice ser y que hará justo lo que ha prometido.

Sin embargo, podemos alcanzar nuestras metas, superar nuestros fracasos y disfrutar del éxito... pero por una razón diferente. En lugar de jactarnos de lo que hemos logrado con nuestras propias capacidades, podemos disfrutar de lo que Dios nos ha dado en abundancia. Nuestras vidas se convierten en reflejos de su vida y de su amor, en vez de una lista de logros personales.

Someta su vida a Dios. La verdadera satisfacción solo llega cuando decide amarlo y rendirse por completo a Él. Esto no significa conformarse con menos o abandonar los dones que ha recibido, sino ofrecerlos a Dios para que los use al máximo. Es en ese punto cuando usted le pide que lo utilice como instrumento para que otros lo conozcan y experimenten su perdón y su amor incondicional. Aquellos que aún no han descubierto el gozo incomparable de amar y servir a Dios, todavía no han probado la satisfacción eterna que solo Él puede dar.

Dios tiene un gran plan para su vida, una vida excepcional (Jeremías 29:11). Cuando usted confíe en Él y lo busque solo a Él, el Señor le enseñará a vivir por encima de sus circunstancias. Cada uno de nosotros ha sido bendecido con dones espirituales para ser usados para la gloria de Dios. Someterse a Él es el primer paso en el proceso de descubrir esos dones y su maravilloso propósito para su vida.