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Estamos Dentro De Los Pocos

Si necesitáramos pruebas para comprobar la rebeldía que ejerce la humanidad hacia el Nombre de Jesús, hacia su identidad y señorío, bastaría con observar cómo se comporta el hombre en la sociedad. Vemos en el mundo la hostilidad que les genera el Nombre de Jesús; no toleran su Luz, no quieren escucharlo, no soportan su Palabra, huyen de su voz, huyen de su voluntad. El mundo desprecia a Jesús y también a sus seguidores.

Dios en su misericordia demuestra su paciencia y compasión con un mundo caído, lleno de pecado. Sin embargo, a pesar de la bondad que manifiesta al llamar a muchos para salvación y vida eterna, para reconciliación, son pocos los que atienden la manifestación sobrenatural de su voz; son pocos los que ven revelado el Nombre en quien está la salvación "Cristo Jesús". Lo sobrenatural, es que por gracia y por fe, tú y yo, estamos dentro de esos pocos.

Nuestro Padre, ha determinado que el Nombre de su Hijo sea revelado a nosotros para salvación y vida eterna, y por Él se nos ha concedido la gracia de ser adoptados como hijos suyos; Él nos ve con agrado gracias a su Hijo Jesús, y por Él, podemos declararnos justos ante sus ojos.

Por el don de la vida eterna que hemos recibido a través de Jesús, estamos dentro de los pocos que vivimos para conocerlo y conocer a nuestro Padre. Contamos con la gracia de permanecer confiados en el Nombre de Jesús, en quien está la seguridad de nuestra salvación y la adopción como hijos de Dios.

Cuando nos adentramos en el conocimiento de esta verdad revelada a nuestra vida, nuestra confianza en Jesús se fortalece; es imposible dejarnos arrastrar por las ofertas del mundo y de la oscuridad de la que fuimos rescatados, porque por su Nombre y en su Nombre estamos cimentados en la nueva vida que se forja en nosotros a través del Espíritu de Dios.

Estamos dentro de los pocos; hace algún tiempo fuimos llamados por Dios a través de Jesús, y por gracia y por fe en Él, atendimos a ese divino llamado que trajo libertad y regeneración a nuestra vida conforme a su Nombre.

Permanecemos confiados en Jesús, por fe; su Nombre se nos ha revelado y sigue revelándose en la medida que lo conocemos, es el milagro del que solo por gracia disfrutamos unos pocos. El don de la salvación, de la vida eterna y del Espíritu Santo con el que hemos sido sellados, permanece como garantía de la gracia y de la fe que hemos recibido en el Nombre de Jesús.

No hay nada ni nadie que pueda arrebatarnos de la mano de nuestro Salvador; no importa que vivamos en este mundo, no pertenecemos al mundo. Nuestra ciudadanía es eternamente celestial, el reino al que pertenecemos es el Reino de los Cielos; nuestra vida, es nuestro Padre y su Hijo Jesucristo, el don eterno en el que por fe y por gracia permanecemos.

Proclamemos gratitud con alabanzas a nuestro Eterno Dios, por la gracia que nos ha concedido y por el gozo de la salvación que nos ha otorgado en Cristo Jesús, gozo que trae consigo la esperanza de un futuro eterno en bendición.