Anhelando la voluntad de Dios

¿Mi voluntad o su voluntad?

Hemos llegado al último día de este devocional, y quiero comenzarlo con esta pregunta: “¿Mi voluntad o su voluntad?”. Esta es una decisión importante en nuestras vidas porque define nuestro rumbo y el desarrollo de nuestra vida. A lo largo de este devocional, hemos reflexionado sobre las grandes cosas que Dios tiene preparadas para nosotros, dispuesto a convertirnos en una generación conquistadora.

En 2 Crónicas 1:7 leemos que Dios se apareció a Salomón y le dijo: “Pídeme lo que quieras, que yo te lo daré".

Al leer este pasaje, me puse en el lugar de Salomón y me pregunté: ¿Qué le pediría yo a Dios? Sabiendo que Él es el dueño de todo, imagina las cosas tan grandes que podríamos pedirle. Sinceramente, lo primero que vino a mi mente fueron cosas materiales: un auto, una casa enorme y, como soy fanático de la tecnología, dispositivos electrónicos modernos e innovadores.

Sin embargo, después de reflexionar, Dios llamó mi atención y me susurró a mi corazón: “Gadiel, hay algo aún más importante que todo eso: mi voluntad buena, agradable y perfecta” Estas palabras fueron tan impactantes y transformadoras para mi vida. Entendí que no está mal pedir cosas materiales (siempre y cuando sean correctas ante los ojos de Dios), pero antes de todo eso, debemos priorizar la voluntad de Dios en nuestras vidas. Nuestro mayor anhelo debe ser cumplir su voluntad.

Dios ha hecho todo para que podamos seguirle y, algún día, estar en su presencia eternamente. Esto no se compara con nada; las cosas del mundo tienen fecha de caducidad, pero las del reino de Dios son eternas. Tener presente esta verdad es suficiente para que anhelemos profundamente su voluntad, soñemos con ella y la necesitemos más que cualquier otra cosa.

Nosotros podemos desear “grandes cosas”, pero Dios tiene cosas aún mayores para nosotros: algunas listas para hoy y otras que se manifestarán a lo largo de nuestra vida.

Salomón pidió a Dios sabiduría y conocimiento para gobernar al pueblo que Dios le había entregado. La respuesta de Dios fue:

“Ya que ese ha sido tu deseo y no pediste ser rico ni famoso, ni que matara a tus enemigos, ni que te concediera una larga vida, sino sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, del cual te hice rey, te voy a dar, junto con la sabiduría y el conocimiento, también la riqueza y el honor como ningún rey ha tenido jamás y ninguno tendrá después de ti" (2 Crónicas 1:11-12 PDT).

Si deseamos hacer la voluntad de Dios, primero debemos conocerla. Estudiemos constantemente la Biblia, su Palabra, para entender su voluntad buena, agradable y perfecta. Que nuestros pensamientos sean cada día más semejantes a los de Dios.

Gracias por acompañarme en este recorrido de 7 días. Mi oración es que estas reflexiones hayan fortalecido tu fe y te impulsen a vivir con propósito, venciendo los desafíos y siendo luz en la oscuridad. Recuerda que Dios te ha llamado a marcar la diferencia y a conquistar las promesas que tiene para ti. No estás solo; Su amor y Su poder te acompañan. Sigue adelante como parte de esta generación conquistadora. ¡El mundo necesita la luz que llevas dentro! Que Dios te bendiga y te guíe siempre.

Este devocional fue escrito en memoria de Jimmy Arias, un líder que marcó mi vida de manera profunda. Su ejemplo e inspiración me impulsaron a formar parte de la generación conquistadora, recordándome siempre la importancia de seguir a Cristo con pasión y propósito.

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