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¿Qué Quieres Que Haga?

DÍA 1 DE 7

Hijo del Honorable

Vamos a adentrarnos en el testimonio de Bartimeo, encontrado en Marcos 10:46-52; que sea el Espíritu de Dios revelándonos las valiosas enseñanzas que hay detrás de esta Escritura, que por Su poder sea provocada la convicción de seguir a Jesús, como lo hizo este hombre una vez Jesús fue a su encuentro.

En el versículo 46 se describe que Jesús y sus discípulos estaban saliendo de Jericó, y sentado junto al camino, había un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de honor, hijo del honorable). Hay varios aspectos por analizar en este versículo:

Primero, no fue Bartimeo quien buscó a Jesús; fue Jesús quien encontró en el camino a Bartimeo, en la misma condición en la que nosotros estábamos cuando fuimos encontrados por Jesús. Bartimeo estaba ciego, no podía ver; inmerso en su miseria, con su vestidura de mendigo, pidiendo limosna, dependiendo de lo que el hombre y el mundo pudiera ofrecerle. Una condición nada alejada de nuestra realidad cuando Jesús llegó a nuestro encuentro para salvarnos.

En segundo lugar, es curioso el significado del nombre Bartimeo; hijo del honorable, un hijo honorable ciego y mendigo que cargaba no solo con su miseria; sino además, con la burla que su propio nombre le significaba, algo totalmente contrario a la vida que llevaba.

En tercer lugar, Bartimeo no había tenido un encuentro con Jesús, a pesar de que Jesús estaba en la misma ciudad en la que se encontraba. Jesús no solo estaba con sus discípulos, sino que había una gran multitud de personas que lo estaban siguiendo; Bartimeo no estaba siguiendo a Jesús, él estaba sentado en el camino a merced de recibir las limosnas de quienes pasaban por allí; a merced de su miseria, de su lamentable condición.

En cuarto lugar, no puedo dejar a un lado lo que dice la Escritura cuando menciona a los seguidores de Jesús; dice que lo seguían sus discípulos y una gran multitud, en otras versiones dice "mucha gente". Es sorprendente lo que provocaba Jesús, multitudes querían seguirlo una vez se manifestaba a sus vidas.

Por otra parte, esto me recuerda a Jesús cuando le dijo a otra multitud en Capernaún: "Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas," (ver Juan 6:22-27). Con esto hago referencia a la cantidad de personas a las que Jesús se les ha revelado a través de su poder y de los milagros que hizo; y me pregunto: ¿cuántas de estas personas quizá abandonaron a Jesús? quienes se habrán quedado con los milagros del momento y quizá no vieron ni reconocieron a Jesús, al Salvador. Es la triste realidad de algunas personas a las que Jesús se les ha revelado a través de milagros, de Su gracia, de Su bondad; y hoy por hoy, no lo siguen, porque recibieron el milagro pero no al Hacedor de los milagros, porque se conformaron con la manifestación de Su poder y no pudieron verle ni encontrarse con Él realmente, no pudieron como lo dijo Jesús, entender las señales milagrosas que daban cuenta de Su venida como Salvador y Redentor; Él era el milagro y sigue siendo el milagro que necesita la humanidad.

Si solo analizáramos este versículo, podriámos sacar varias enseñanzas que confirman cuán maravillosa es la misericordia y la gracia de Dios, al permitirnos ser encontrados por Jesús en medio de nuestra miseria y poder verlo revelado a nuestra vida a través de Su poder y de Su amor.

Me llena de tanta esperanza el leer solo este versículo ¿sabes por qué? porque recuerdo cómo me encontró Jesús, recuerdo lo que hizo por mí y lo que ha hecho durante estos años en los que he podido disfrutar del milagro de la salvación que obró en mi favor. Bartimeo el ciego, me recuerda la ceguera espiritual de la que me liberó Jesús; por su redención recibí el perdón, me salvó y abrió mis ojos para que lo viera; desde entonces determiné seguirlo, no en mi fuerza sino en el poder y la gracia que me otorgó. Anhelo que así como Él iba en aquel entonces con sus discípulos y esa gran multitud, nosotros sigamos firmes con Él día a día, como discípulos, en constante aprendizaje y formación a través del poder y de la obediencia de Su Palabra, para que en el camino según la voluntad de nuestro Padre, podamos encontrar a más seguidores de Jesús; a aquellos Bartimeos que también necesitan que sus ojos sean abiertos a las maravillas de Su Nombre y les pueda ser restituída la identidad de honor en la que por Su Nombre fuimos establecidos, adoptados y llamados hijos de Dios.

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo

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