Una vida de intimidad con DiosMuestra

Diez beneficios de la muerte de Jesús
“...Si Cristo murió por nosotros, ya no debemos vivir más para nosotros mismos sino para Cristo...”, 2ª Corintios 5:15 (TLA).
Veamos diez beneficios que obtuvimos de la muerte y resurrección de Jesús:
1. Libres del poder de Satanás. “Porque Él nos rescató de las tinieblas satánicas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad con su sangre preciosa...”, Colosenses 1:13-14 (NT-BAD). Antes de conocer a Cristo éramos esclavos del diablo. Pero al morir Jesús compró nuestra libertad.
2. Libres del poder del pecado. “Antes eran esclavos del pecado, pero... ustedes fueron liberados del pecado...”, Romanos 6:17-18 (PDT).El pecado nos alejó de Dios y nos condenó al infierno, Romanos 6:23. Sin embargo Cristo tomó nuestro lugar en la cruz, pagó la deuda que teníamos con Dios (1ª Juan 2:2) y “nos liberó del castigo de nuestros pecados”, Romanos 3:24 (NTV).
3. Libres de la condenación eterna. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda (no perezca CJ), más tenga vida eterna”, Juan 3:16. Jesús murió para librarnos del infierno.
4. La amistad con Dios fue restablecida. “...Nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo...”, Romanos 5:10-11 (NTV); Efesios 2:13.
5. Somos bendecidos con su presencia. Dios ha cambiado de domicilio varias veces. En primer lugar llamó a Israel desde el cielo (Éxodo 20:22); luego les habló desde el monte (Éxodo 19) y finalmente desde el tabernáculo, Éxodo 25:8. Pero ahora “Dios está en nosotros”, 2ª Corintios 6:16 (TLA).
6. Somos bendecidos con su protección. “Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo... lo protege, y el maligno no llega a tocarlo”, 1ª Juan 5:18 (NVI).
7. Somos bendecidos por ser hijos de Dios. “...Dios decidió adoptarnos como hijos suyos... enviando a Cristo para que muriera por nosotros...”, Efesios 1:5 (PDT y NT-BAD).
8. Somos bendecidos con una herencia celestial y eterna. “Y como somos sus hijos, compartimos sus riquezas...”, Romanos 8:17 (NT-BAD).
9. Somos bendecidos con un intercesor personal. “...Cristo... murió por nosotros y... ahora... está sentado a la derecha de Dios... rogando por nosotros”, Romanos 8:34 (PDT); Hebreos 9:24.
10. Somos bendecidos con el perdón de los pecados. “Si confesamos a Dios nuestros pecados, podemos estar seguros de que ha de perdonarnos... pues para eso murió Cristo”, 1ª Juan 1:9 (NT-BAD).
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More
Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/