VIVEN EN COMPAÑÍA

Las personas que sobreviven a los golpes de la vida son las que atraviesan los momentos difíciles en compañía de otras personas. Por eso, debemos fomentar las relaciones honestas dentro de la iglesia.

El rey David, en medio de sus batallas, escribió: «Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos» (Salmos 18.2-3).

El famoso duelo contra Goliat fue la primera batalla pública de David, la cual enfrentó solo. Por la Biblia, conocemos que él tuvo una vida de luchas y batallas. Más tarde, 2 Samuel capítulo 23 menciona «los nombres de los valientes que tuvo David», un grupo de personas que lucharon con él. Dios proveyó estos hombres para que lo acompañaran.

Por eso, luego David dice: Dios «me tomó, me sacó de las muchas aguas» (Salmos 18.16). Así, las manos de Dios en esta tierra son las de nuestra familia espiritual. Y también las nuestras, que se extienden de parte de Dios hacia otros en los momentos difíciles.

No pierdas la oportunidad de rodearte de personas. Busca intencionalmente «valientes» que luchen contigo. Dios extenderá su mano a través de ellos. Recuerda que tú también debes ser esa mano extendida para los demás.