El Recuento de los Daños para MatrimoniosMuestra

Aprender a soñar juntos

Parece algo monumental, algo muy difícil, el pretender soñar junto a tu pareja cuando las cosas se han roto en el matrimonio. 

En mis muchos años de ministerio, me ha tocado conversar con decenas de parejas que han visto sus sueños irse como agua entre las manos, nada menos que por causa de su matrimonio. La mayor parte de las personas se casan llenas de esperanza. Sueños, metas y proyectos forman parte del bagaje que los novios traen al altar. Tristemente, mucho de eso se pierde en la convivencia. La rutina y los afanes de la vida parecen conspirar contra toda esa inspiración inicial.

Casi puedo oírte decir: “¿Cómo soñar juntos si ni siquiera sueños personales me quedan?”. Te entiendo, en lo natural parece imposible, pero para Dios nada está perdido, es especialista en buscar y encontrar lo que se ha extraviado.

Aprender a soñar juntos comienza por tener comunión con Dios, primero de forma individual, pero luego de forma conjunta. Dios potenciará en la pareja lo que cada uno haga en lo personal. El apóstol Juan nos enseña en su primera carta que podemos confiar en que, si pedimos algo conforme a la voluntad de Dios, Él nos responderá con su favor. Dios es el autor del matrimonio, eso quiere decir que Él está más que dispuesto a responder aquellas cosas que pidamos, que sirvan para fortalecer e impulsar nuestra vida de pareja.

¿Oras con tu cónyuge? No debería ser extraño ni difícil. Confieso que a mi esposa y a mí, nos tomó muchos años adquirir ese buen hábito, pero también te puedo testificar que no es imposible. Comienza por tomar la decisión de hacerlo, ponte de acuerdo con tu pareja y sigue estos simples pasos:

1. Que la oración sea corta. No está mal orar mucho, pero si quieren adquirir el buen hábito, quítense la presión de una oración extendida.


2. Que la oración sea persistente. Elijan un momento del día y manténgalo para cada día.


3. Si dejaron de orar un día, no dejen de hacerlo dos días seguidos. Retomen.

El profeta Habacuc nos enseña que deberíamos anotar aquellas cosas que Dios nos muestra o promete. Una buena idea para aprender a soñar juntos, es que lleven un registro de las cosas que piden en oración. En un tiempo, al volver a leer esos sueños y esas peticiones, ambos se sorprenderán de la manera en que Dios responde y cómo mucho de lo que antes era preocupante, luego queda como una prueba del poder de Dios obrando en favor de sus hijos.

Dios puede hacer mucho más de lo que pedimos o pensamos, Él tiene pensamientos de bien para nosotros y promete dejarse encontrar cada vez que le busquemos con todo nuestro corazón. Jesús le otorga un valor especial a aquellas oraciones hechas por dos o más personas.

Pon tu matrimonio en manos de Dios, pon tus sueños y tus propósitos en Él y jamás sufrirás decepción.

Carlos Alberto Paz
Pastor principal - Jazôn