El Recuento de los Daños para MatrimoniosMuestra

Aprender a escuchar

Recuerdo una mañana en la que quise expresar mi frustración y cansancio ante un imprevisto, cerrando con torpeza los gabinetes y saliendo bruscamente de casa. No había dicho ni una palabra, pero mi actitud mostraba una gran disconformidad. Esperaba que mi esposo percibiera lo sucedido, y no fue así. Estoy segura de que él también podría recordar sucesos parecidos, en los que no logré comprender lo que su corazón trataba de expresarme. ¿Alguna vez, te ha pasado? 

¡Aceptémoslo! Muchas veces resulta difícil plasmar claramente una necesidad en palabras, lo que definitivamente dificulta una comunicación fluida y libre de malas interpretaciones. Sin embargo, en el matrimonio es necesario aprender a oír el corazón de nuestro cónyuge más allá de lo que dice. Reflexionando sobre esto, no puedo evitar preguntarme: ¿Qué nos hace pensar que oímos realmente a nuestra pareja? ¿Qué voces decidimos escuchar?

Oír involucra una decisión consciente en nosotros. Implica crecer en nuestra habilidad de entender lo que nuestro cónyuge de verdad pide o necesita y no sólo limitarnos literalmente a escuchar sus palabras. Escuchar es acallar nuestra mente, equilibrar nuestras emociones, abrir nuestros sentidos y nuestro corazón para comprender el mensaje que nos brinda, y así demostrarle cuánto nos importa.

La Palabra de Dios nos invita a ser “rápidos para escuchar y lentos para hablar”, pero muy a menudo, caemos en el error de invertir el orden, reaccionando antes que escuchando. Para lograr escucharnos, debemos ser intencionales en adoptar ciertas actitudes como elegir con cuidado nuestras palabras y reducir el ritmo acelerado al hablar; predisponernos a ceder la palabra y orar mientras escuchamos al otro; buscar entender los motivos detrás de los argumentos y tratar de mirar desde la perspectiva de mi pareja.

Hacer esto puede resultar difícil cuando estamos heridos, cuando hemos permitido que el enojo y la amargura entren en nuestro corazón, cuando lo que hemos escuchado por mucho tiempo es la indiferencia de nuestra pareja y los rápidos consejos de personas cercanas, y nos hemos resentido. Por tal motivo, debemos buscar a Dios en oración y escuchar su corrección. El oír atentamente la corrección que viene de lo Alto restaurará y enderezará nuestras acciones e intenciones. El libro de Proverbios nos invita a escuchar el consejo y a aceptar la corrección para obtener sabiduría y evitar extraviarnos del camino que lleva a la vida.

Es el Señor quien puede guiarnos para responder con acciones, ocupándonos de los intereses de nuestra pareja y no únicamente de los nuestros. De esa manera, lograremos generar un ambiente de confianza y amor, en el que ambos aprendamos a escucharnos. 

Ximena Bejarano S.
Misiones digitales YVT - Jazôn