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Toma aliento

Por Robert Morris

Hemos usado el pan y el agua como metáforas para la Palabra de Dios; hoy veremos que la Biblia es el aliento de Dios. Déjame preguntarte, ¿cuánto tiempo puedes estar sin pan? Dicen que de 40 a 80 días. ¿Cuánto tiempo puedes estar sin agua? Se dice que el cuerpo humano puede pasar de cuatro a doce días sin agua. ¿Y sin el oxígeno? ¿Cuánto tiempo podrías contener la respiración?

Cuando era niño nos encantaba esquiar en un lago; al llegar al medio, volvía nadando hasta la orilla. Seguramente no habían muchas normas de seguridad en ese entonces porque mis padres me dejaban hacerlo y siempre lo lograba. Llegué a un punto en que pude contener la respiración durante tres minutos. Ahora que soy mayor y no tengo práctica, ya no puedo hacerlo. En lo natural, no podemos durar más de unos minutos sin respirar. Sin embargo, creo que muchos de nosotros estamos viviendo en una atmósfera espiritual privada de oxígeno porque no estamos respirando el aliento de Dios. Cuando eso sucede, solo se necesita un poco de estrés para que nos quedemos sin aliento.

Veamos 2 Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”. La raíz de la palabra griega inspirar significa “aliento”. Entonces, permítanme poner esa escritura de otra manera: toda la Escritura es el aliento de Dios. Veamos Ezequiel 37 para desarrollar más esta idea.

En la historia, el Señor llevó a Ezequiel a un valle lleno de huesos secos y le dijo que profetizara sobre los huesos, diciendo: “Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: 'Yo les daré aliento de vida y ustedes volverán a vivir'. Mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!". Me pregunto cuántas personas hoy en día sienten que están vivas pero sin aliento. Luego el Señor le dijo a Ezequiel que profetizara al aliento de vida: “Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan”. Entonces, los cuerpos revivieron y se pusieron de pie. Eran un ejército.

Si el aliento de Dios, Su Palabra, pudo hacer que un valle de huesos secos se convirtiera en un gran ejército viviente, ¡piensa en el poder que puede tener en tu vida! Toma aliento hoy día y mira lo que Dios hace.

Oración

Padre, reconozco que no puedo lograrlo sin Tu aliento. Llena mi vida de tu poder al leer Tu Palabra, tal como lo hiciste al soplar tu aliento sobre el valle de los huesos secos que se convirtieron en un ejército. En el nombre de Jesús, amén.

Versículo para memorizar

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia. 2 Timoteo 3:16