Descubriendo la verdad de Dios en las tormentas de la vidaMuestra

Lecciones aprendidas

En su libro, Caminando con Dios a través del dolor y el sufrimiento, Tim Keller dice: "No sabes realmente que Jesús es todo lo que necesitas hasta que Jesús es todo lo que tienes".

En World Help, hemos visto esta realidad evidenciada muchas veces mientras ministramos a personas alrededor del mundo. Cuando los administradores de un hogar de niños en Nepal vieron su ministerio reducido a escombros por un terremoto, hicieron lo único que podían hacer: acudir a Jesús. Cuando una viuda en Ruanda luchaba por llevar comida a la mesa para sus hijos, su primer instinto fue orar. Hemos escuchado historia tras historia de personas que fueron llevadas por las pruebas a los brazos de Dios.

El sufrimiento nos muestra la importancia de nuestra fe. Nos coloca en un lugar donde no podemos confiar en nosotros mismos. En 2 Corintios 4, se nos recuerda que cuando las cosas en las que normalmente confiamos nos fallan, nuestro espíritu se fortalece. Nos acercamos más a la fuente de la verdadera fuerza y aprendemos a fijar nuestros ojos en Él.

Por lo que es importante que cuando atravesemos pruebas y sufrimientos, nos aferremos a las lecciones que aprendemos.

La única manera de desperdiciar nuestro dolor es olvidándolo y dejando atrás los valiosos conocimientos que obtuvimos al soportarlo.

Si es necesario, crea un monumento físico a la fidelidad de Dios durante tus pruebas. Se han creado muchas estatuas, libros y canciones con ese propósito. Pero tu monumento no tiene por qué ser visualmente impresionante. Los israelitas usaban montones de piedras para recordar las provisiones de Dios y recordárselas a sus hijos. Cualquier cosa que te la recuerde es perfecta.

Ten la seguridad de que Jesús es todo lo que necesitamos. Cuando el mundo que nos rodea parece caótico y poco confiable, tenemos una esperanza inquebrantable. ¡Regocijémonos por eso!

Oración: Amado Dios, sé que mis sufrimientos me acercan más a Ti. Ayúdame a aprender y crecer en mi fe cuando enfrente pruebas en esta vida. Y ayúdame a recordar esas lecciones incluso cuando mis circunstancias mejoren. Gracias por tu paciencia conmigo mientras continúas haciéndome la persona que quieres que sea. Amén.