Dios con nosotrosMuestra

Dios con nosotros en la espera

Espera. 

¿Te gusta esa palabra? Deténte un momento. Sólo un segundo. Estoy contigo en un minuto. Ya regresaré.¿Aún te sientes inquieto? Nota que todos nuestros eufemismos para esperar incluyen alguna clase de esfuerzo para hacerte creer que la cantidad de tiempo que tienes que esperar ¿será realmente pequeña? Nos encanta hacer pequeña la espera. 

¿Qué estás esperando? ¿Alguna vez te has preguntado eso? ¿Alguna vez te has maravillado sobre lo que no estás esperando? Si estás en la escuela, estás esperando que la campana suene, o el verano, o la graducación. Si estás teniendo cita, esperanzadamente estás esperando un matrimonio por sexo. Si estás casado, puede ser que estés esperando tener niños, puede que estés esperando que ellos hablen, caminen, vayan a la escuela, lleguen a casa de la escuela, terminen la cena y finalmente ¡se vayan a la cama! 

Puede ser que aún estés intentando tener hijos. Puede que estés esperando un diagnóstico. Esperando por una promoción. Esperando alguna clase de descanso. Esperando oportunidades de trabajo adicionales para completar necesidades. 

¿Qué tal si no disminuimos la espera? ¿Qué pasa si hay un poder sagrado en esperar? Y qué si esperar no es lo que hacemos mientras crecemos, sino es el terreno que Dios usa para que crezcamos.

Piensa sobre José. Él estaba comprometido para casarse. Sabemos por la Escritura que él estaba honrando a María y Dios por esperar para que el matrimonio se consumara en la relación con sexo. También sabemos que después que el ángel le dijo a José que su prometida virgen estaba embarazada con Jesús, que José tomó a María como su esposa. Pero quiero que asimiles esto: La Escritura dice que José espero hasta después que Jesús naciera para consumar el matrimonio con sexo. 

¿Estaba Dios con María en la espera? Sí. Estaba literalmente dentro de ella dondequiera que ella fuera por nueve meses. ¿Piensas que María se sentía como si estaba esperando? Si no estás seguro, pregunta a la próxima mujer embarazada que veas ¿Qué estás esperando? La prueba de que Dios en María no sólo estaba con nosotros en la espera, estaba creciendo algo poderoso dentro de nosotros a través de la espera. 

¿Estaba Dios con José en toda su espera? Sí. Mientras Dios crecía a Jesús en María, crecía fielmente, con persistencia y esperanza en José. ¿Era su espera valiosa? Bien, la Escritura menciona al menos cuatro hermanos de Jesús. Así que tenemos eso. Pero seriamente, ¡Él tuvo que criar al Salvador del mundo! 

¿Para qué estás esperando? ¿Cómo puedes parar de minimizar la espera? ¿Qué está haciendo crecer en ti porque estás esperando?

Oración: Dios, ayúdame a cambiar la forma en la que espero. Es mi honor esperar en Ti mientras Tú creces fidelidad, persistencia y esperanza en mí. Amén.

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