La parte de la voluntad de Dios que nadie quiereMuestra

¿Es posible que la vida apeste y que aun así sea la voluntad de Dios?

Hoy puedo decir que la respuesta es: sí. Pon tu dedo al azar en una página de la Biblia y es probable que caiga sobre una historia que lo confirme. Moisés, por ejemplo, viajó durante años con seguidores no muy fieles y se acercó a la Tierra Prometida, pero no entró. Es innegable que el pueblo de Dios también enfrenta luchas, reveses, heridas y adversidades. Y nosotros escogeríamos omitir esta parte de su plan si la decisión fuera nuestra (Job 1:21).

Los tiempos difíciles podrían ser más fáciles de comprender si pudiéramos rastrear nuestro dolor a nuestras decisiones pecaminosas o de los demás. Pero, con frecuencia, nos sobrevienen problemas que no hemos causado. En la mayoría de los abortos espontáneos no hubo nada que los padres hicieran para provocar que el corazón del bebé dejara de latir. Muchas veces la vorágine de la vida es el resultado natural de haber escogido el pecado o el egoísmo; pero con la misma frecuencia no es el caso. Incluso aunque no exista un plan de tres pasos infalible, ¿cómo podemos manejar el dolor o la aflicción de una manera que nos mantenga avanzando?

En este momento estoy escribiendo con mi hija Valerie en mi regazo. Si no hubiéramos sufrido el aborto espontáneo, es posible que Valerie no estuviera aquí. Obviamente la concepción es asunto de Dios. Él es el dador de vida. Pero dentro del microcosmos de planificación de Kelly y mío, el bebé que ahora está en el cielo hubiera completado nuestra familia.¹ No lo hubiéramos intentado de nuevo. Ahora, esta pequeñita de cabello rubio está sentada en mi regazo con un oso de peluche en su blusa y sus manos sobre mi teclado... y no puedo imaginar la vida sin ella.

Su presencia habla de una verdad de la que todos necesitamos asirnos para salvar nuestra vida y apreciarla bien: Dios está resolviendo cosas de esas mismas partes que no queremos en su voluntad. Está creando, dando forma y planeando a un nivel más profundo del que podemos ver. Está mirando una línea que va desde la eternidad pasada a la eternidad futura, mientras que nosotros estamos viendo a través de una paja un pequeño punto que está sobre esa línea de vida. Él está considerando eones de eternidad a la vez.

Notas

1. En 2 Samuel 12:22-23 David dijo que él iría hacia su hijo al morir.

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