La verdad de un llamado

¿Alguna vez has pensado en abandonar el llamado o el cometido que Dios te ha entregado?

Son muchos los que han abandonado y se han dejado diluir o adormecer por este mundo y por las mentiras de Satanás.

¿Eres de los que han decidido ir por el camino fácil de la vida donde solo persigues tus sueños sin tener en cuenta lo que Dios te ha dicho? O tal vez eres de esas personas que cuando vieron que era difícil o se requería pagar un alto precio para seguir el llamado de Dios, dijeron: "Mejor me quedo donde estoy, que aquí estoy cómodo y es más fácil".

"Ahora bien, Pasur, hijo de Imer, el sacerdote encargado del templo del Señor, oyó lo que Jeremías profetizaba. Así que arrestó al profeta Jeremías, ordenó que lo azotaran y que lo pusieran en el cepo junto a la puerta de Benjamín, en el templo del Señor" (Jeremías 20:1-2, NTV).

Jeremías decidió caminar en el llamado de Dios y cumplir con el cometido que Dios le había entregado. Él no solo fue incomodado, él fue humillado y torturado para que no volviera a hablar de Dios.

Cuando le decimos sí a Dios y comenzamos a servirle con todo nuestro corazón, dejando nuestros deseos y nuestra voluntad de lado para que sean el deseo y la voluntad de Dios en nuestra vida, pasamos a ser el instrumento por el cual Dios puede bendecir y cambiar la vida de otros. Es ahí cuando empezamos a incomodar a Satanás, el cual luchará con todas sus fuerzas por hacernos abandonar y desistir del llamado.

Quizás hoy te sientas cansado, incómodo o piensas que todo es muy difícil; tienes ganas de abandonar o ves que estás estancado en la vida y en el llamado que Dios te ha dado. Hoy te recuerdo: todo forma parte del Plan bueno y perfecto de Dios; todo es un proceso, y el único modo de pasar los desiertos, de superar las humillaciones, las frustraciones y el estancamiento en el que puedes estar hoy es aferrándote a Dios con todas tus fuerzas y permitir que siempre sea Su voluntad y no la tuya; es acercarte a Su corazón, recostarte sobre Su pecho y descansar en Él.

Romanos 8:28 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (RVR60).

Oración:

Señor, siento que no estoy yendo hacia el llamado que tú has puesto en mi, me siento humillado por otros, incómodo y estancado. Hoy te entrego todas estas emociones que hacen doler y enfadar mi corazón, y te pido que me ayudes a superar cada obstáculo que se me presente, declarando que todas las cosas me ayudan a bien y forman parte de tu plan perfecto para mi, en el nombre de Jesús, amén