Obtener la appUn Llamado a Ser Pacificadores: Más Allá De La Paz SuperficialMuestra
EL CORAZÓN DEL PACIFICADOR
El camino hacia la paz comienza con una declaración fundamental de Jesús: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" Este llamado está precedido por otra bienaventuranza esencial: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios"
Para ser pacificadores, es indispensable cultivar un corazón limpio, libre de las ataduras del enojo. Un corazón así nos capacita para actuar como instrumentos de Dios en el mundo.
Para vivir como pacificadores, la Escritura nos insta a un doble movimiento:
- Quitar lo que daña: Despojarnos de "toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y malicia"
- Vestirnos de virtud: Ser "benignos unos con otros, misericordiosos y perdonarnos mutuamente, tal como Dios nos perdonó en Cristo"
No solo estamos llamados a buscar la paz personal, sino a llevarla a otros. Somos embajadores en nombre de Cristo, con una misión clara: "Reconciliaos con Dios" El pacificador, por lo tanto, no solo evita el conflicto, sino que activamente busca sanar las rupturas, comenzando por la principal: la relación entre la humanidad y su Creador.
La Sabiduría, Herramienta del Pacificador. Para ser efectivos en esta misión, la sabiduría es clave. Podemos pedirla a Dios, quien la da en abundancia a quienes se la piden sin reproche. (Santiago 1:5).
Pídele a Dios que te muestre:
- El momento y lugar correctos para buscar la paz.
- Las palabras adecuadas para decirlas de la manera correcta.
La Biblia compara las palabras oportunas con “manzanas de oro con adornos de plata”, destacando que la efectividad del mensaje no solo reside en lo que se dice, sino en cómo y cuando se comunica.
Conclusión.
El pacificador es mucho más que un mediador; es alguien que se prepara espiritualmente. Un corazón limpio es el cimiento para vivir el perdón y la misericordia. Equipados con la sabiduría de Dios, nos convertimos en instrumentos efectivos de reconciliación en un mundo que desesperadamente necesita ser sanado.
Acerca de este Plan
Nuestro mundo, dolorosamente lleno de conflicto, refleja una raíz interna: el problema comienza en el corazón humano, manifestándose en división y violencia. Frente a esta realidad, Jesús nos llama a ser pacificadores, no meros evitadores de conflictos. Un pacificador es un agente activo que, imitando al Príncipe de Paz, toma la iniciativa para resolver conflictos y reconciliar relaciones. Ser pacificador exige un corazón limpio que renuncie a la amargura y busque la sabiduría de Dios para hablar. Es un llamado a ser como Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Marcos Brandt por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.marcosbrandt.com.ar
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