Un Llamado a Ser Pacificadores: Más Allá De La Paz SuperficialMuestra

EL EJEMPLO DEL PRÍNCIPE DE PAZ
El profeta Isaías anunció la inminente llegada del Mesías, el Rey Jesús, detallando la naturaleza de su gobierno. Él sería llamado: Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Su reino se caracterizaría por la paz y la justicia, y su poder real se extendería sin límites, asegurando una paz perpetua.
Desde que la humanidad se apartó de la voluntad de Dios, vive sumergida en un triple conflicto:
- Conflicto con Dios.
- Conflicto con el prójimo.
- Conflicto consigo misma.
¡Jesús vino precisamente para traer esa paz! Su propósito fue reconciliar al hombre con Dios y a los hombres entre sí. Las escrituras expresan que: A pesar de que nosotros todavía éramos pecadores, Dios hizo las paces con nosotros por medio de la muerte de su Hijo.
Un aspecto crucial de la obra de Cristo es que tomó la iniciativa. Jesús no esperó a que le pidiéramos disculpas o nos sintiéramos arrepentidos por nuestro comportamiento. Él hizo el primer movimiento, tomando la iniciativa para extendernos su misericordia y hacer las paces. ¡Qué diferente sería nuestra vida si imitáramos esa conducta en nuestras relaciones!
El ejemplo de Jesús nos debería inspirar a tomar la iniciativa en la reconciliación: a no esperar a que la otra persona se acerque o dé el primer paso.
Conclusión.
La paz con Dios y con los demás no es algo que ganamos con nuestros méritos, sino un regalo que recibimos porque Jesús actuó primero. Imitar esta conducta significa dar el primer paso hacia la reconciliación, sin importar quién tiene la razón, y demostrar la misma misericordia que Cristo nos mostró.
Escritura
Acerca de este Plan

Nuestro mundo, dolorosamente lleno de conflicto, refleja una raíz interna: el problema comienza en el corazón humano, manifestándose en división y violencia. Frente a esta realidad, Jesús nos llama a ser pacificadores, no meros evitadores de conflictos. Un pacificador es un agente activo que, imitando al Príncipe de Paz, toma la iniciativa para resolver conflictos y reconciliar relaciones. Ser pacificador exige un corazón limpio que renuncie a la amargura y busque la sabiduría de Dios para hablar. Es un llamado a ser como Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Marcos Brandt por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.marcosbrandt.com.ar
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