Un Día a La VezMuestra

“Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga, y les anunciará las cosas por venir" (Juan 16:13 NVI).

La vida es como un viaje por distintos terrenos. A veces es un camino rocoso que requiere bajar la presión de las llantas, y otras veces es una autopista que demanda inflarlas para avanzar mejor. Así es también nuestra relación con Dios: hay momentos en que Él nos pide humildad para “desinflarnos” y momentos en que nos invita a confiar para “inflarnos” con su fuerza y paz.

El Espíritu Santo es nuestro guía en este recorrido. Él conoce cada curva, cada obstáculo y cada oportunidad de la ruta. Nos muestra cuándo ceder en una discusión para evitar heridas, y cuándo llenarnos de fe en medio de la escasez. Sin su dirección, corremos el riesgo de desgastarnos en terrenos para los que no estamos preparados.

Cuando oramos y escuchamos su voz, ajustamos la “presión” de nuestro corazón para que el viaje sea seguro y placentero. No se trata de ir rápido, sino de ir al ritmo de Dios, con las llantas listas para cada tramo del camino.

Reto del día
Cada vez que veas una llanta, haz una breve oración: Señor, ¿estoy listo para este tramo de la ruta? Guíame y ajústame como tú quieras.

Oración
Señor, enséñame a reconocer cuándo debo bajar mi orgullo y cuándo debo llenarme de tu paz y fortaleza. Espíritu Santo, guía mis pasos y ajusta mi corazón para cada situación que enfrente. Amén.