30 Días De Amor Y Fe: Reflexiones Para ParejasMuestra

Tu pareja no es tu Dios

Admirar a tu pareja es motivo de alegría para el Padre, pero convertir a tu pareja en tu dios es motivo de destrucción para tu familia.

Es muy común creer que nuestra pareja es perfecta, que nunca haría algo para dañarnos, y que nunca nos fallaría en ciertas áreas. Tendemos a creerlo sobre todo cuando iniciamos una relación, pero es una total mentira.

Nuestra pareja es un ser humano tal como nosotros, y va a cometer errores que incluso pensamos que nunca iba a hacer. Comprender eso es uno de los mayores aprendizajes que podemos tener en el matrimonio, pues dejamos de poner a nuestro espos@ en un trono de perfección, y le quitamos esa carga innecesaria. Además, debemos recordar que solo hay uno perfecto, y es nuestro amado Padre.

Tu pareja no será tampoco quien resolverá todos tus problemas, y tampoco tiene la responsabilidad de hacerte feliz, sólo Dios puede hacerlo.

Es decir, deja que Dios haga lo que solo él puede hacer, y no permitas que su lugar en tu corazón sea reemplazado por alguien más, ni siquiera por el amor de tu vida.

Consejos prácticos:

1. Reconoce qué áreas o situaciones le has entregado y compartido a tu pareja, pero no a Dios.

2. Sé más consciente a la hora de calmar tus pensamientos. Busca una forma (diario, notas del celular, charla directa), en la que puedas dejarle saber a Dios todo lo que sientes antes de compartirlo con tu pareja. Ejm. Hace 3 años tengo un chat con Dios en WhatsApp, y allí le comparto mis logros, ansiedades, agradecimientos, etc. Para mí se ha convertido en una forma creativa de oración. Quizás a ti pueda funcionarte también.

3. Pon una alarma diaria que te recuerde que tu espos@ no es quien debe hacerte feliz, la plenitud está en Cristo, no en los mortales.

Alégrate. Jesús te ama profundamente.