Aún No Has TerminadoMuestra

Esta maratón llamada vida
Me encanta correr, aunque no soy una corredora seria en absoluto. Mi idea de correr es un trote lento de ocho kilómetros, y cuando digo lento, me refiero a que las madres que empujan los cochecitos de sus bebés pueden adelantarme. Mi amiga Dawn, con la que subo montañas, es la verdadera corredora. Compite regularmente en maratones y ha desarrollado la resistencia física y mental para recorrer tales distancias. Ha corrido lo suficiente como para saber lo que es chocar contra un muro mientras corre, un concepto que nunca he experimentado porque, aparentemente, ¡nunca he corrido lo suficiente!
Chocar contra un muro es un punto que los corredores solo pueden superar con sus mentes. Es más mental que físico, incluso cuando el dolor físico es insoportable. Dawn me lo explicó una vez describiendo lo que sucedió en su primer maratón. Llevaba 37 kilómetros cuando chocó contra el infame muro. Tenía 36 minutos para cubrir los 5,15 kilómetros restantes. No habría sido un problema si no hubiera corrido ya varios kilómetros y no tuviera un dolor abrasador en la cadera izquierda. Según ella, el lado izquierdo de su cerebro (el lado racional) le dijo que se detuviera y caminara el resto del camino. Pensamientos como: No te preocupes por cumplir el objetivo. La gente lo entenderá cuando se den cuenta del calor que hace y de lo mucho que me duele, resonaban en su cabeza. Pero con la misma intensidad, el lado derecho de su cerebro respondió: ¡Todavía hay esperanza! ¡La carrera aún no ha terminado! Todavía es posible cumplir mi objetivo. ¡No dejes de correr!
¿Alguna vez te has sentido en una guerra mental así? ¿Cuando tu mente te grita? En una carrera, esto sucede cuando chocas contra un muro, cuando no te queda nada que dar, cuando has gastado hasta la última gota de energía y todo dentro de ti quiere rendirse. Y, sin embargo, como experimentó Dawn, en algún lugar profundo, el destello de un objetivo o un sueño ruega que no se extinga.
He estado en un lugar así, donde choqué contra un muro espiritual, mental y emocionalmente. Pero al mismo tiempo, tenía la Palabra de Dios en mi corazón y mente. Tenía las promesas de Dios resonando en mí al mismo tiempo que mi mente me gritaba que me detuviera. Y debido a Sus promesas, ese destello de esperanza, pude seguir adelante centrando mi mente en Dios y Su Palabra. A pesar de las veces que mi mente luchó contra mí para que me rindiera, seguí redirigiendo mi mente lejos de lo que quería pensar y hacia lo que la Palabra de Dios decía que era verdad.
Tal vez te encuentres en un lugar así ahora mismo. ¿Qué te grita tu mente? ¿Que no es posible? ¿Que es demasiado tarde? ¿Que no estás equipado? ¿Que no eres lo suficientemente inteligente? ¿Lo suficientemente joven? ¿Lo suficientemente mayor? ¿Que no estás lo suficientemente formado? Puedes ganar la guerra en tu mente renovándola con las palabras de Dios. Puedes perseverar haciendo que la voz de Dios sea más fuerte que cualquier otra voz en tu cabeza.
Oración
Padre Celestial, gracias por tu Palabra. Ayúdame a estar más familiarizado con lo que dice para que pueda ser transformado por la renovación de mi mente y para que pueda atravesar cualquier muro. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan

¿Tienes lo que se necesita para llegar lejos? ¿Para caminar en tu propósito a largo plazo? La mitad de cualquier esfuerzo —ya sea en tu carrera, relaciones, ministerio o salud— es a menudo cuando nuestra resiliencia y perseverancia flaquean, porque esos momentos intermedios suelen ser caóticos y difíciles. En este plan de 5 días, Christine Caine nos recuerda que podemos llegar lejos, no porque tengamos la fuerza, sino porque Dios la tiene.
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