JESÚS COMPLETANDO EL PLAN HASTA EL FINAL

Cuando nos ponemos en la piel de aquellos que estaban viendo la escena de Jesús, podemos imaginarnos diferentes reacciones: burla por parte de aquellos que pensaban que Jesús era un loco, asco (era una muerte verdaderamente cruel y sanguinaria), alivio por parte de los religiosos al ver que su enemigo estaba al fin muriendo, tristeza por parte de sus seguidores, miedo hasta el punto de huir y esconderse por parte de sus discípulos más cercanos.

Pero cuando pensamos en cómo Jesús debía verse esa escena, estamos seguros de que para Él, el Gólgota implicaba su tarea cumplida, su obra completa, la voluntad del Padre realizada.

Toda su vida, la mayor preocupación de Jesús era hacer la voluntad del Padre. Da igual lo difícil que fuera o lo cansado que estuviera, Jesús tenía clara su misión. De todos los seres humanos, solo Él amaba perfectamente al Padre. Solo Él caminó por la tierra sin nada imperfecto.

Cuando Él dijo: "Consumado es", pensaba en que la ley: "Está terminada".

Muchos años antes de que Jesús viviera en la tierra, al principio de la humanidad, ya Dios prometió un futuro Adán, mayor que el primero. Este Adán sería un conquistador, que no se dejaría engañar por la serpiente, sino que le aplastaría la cabeza. Cuando el demonio oyó esto, tembló.

Cuando Jesús finalmente llegó, esta promesa hecha muchos años atrás, estaba más cerca de cumplirse. De hecho, la promesa empezó a cumplirse: ¡el Reino de Dios se había acercado! Desbaratando el poder del diablo, perdonando pecados, sanando a personas, abriendo los ojos de los ciegos.

Jesús, en la cruz, cuando dijo: "Consumado es", pensaba en la promesa que Dios hizo de vencer al diablo y a la muerte, y dijo: "Está terminada".

Cuando Jesús estaba en la cruz, pensaba en toda la ira de Dios siendo derramada sobre Él mismo para que cada persona de cada lugar en cada momento de la historia, cuando invocase a Dios, pudiera encontrar perdón de pecados y vida eterna.

Tal fue el impacto que esta muerte tuvo, que hasta la creación gimió de dolor con Jesús: el cielo se vistió de tinieblas y hubo un gran estruendo. Jesús estaba bebiendo la copa de la ira del Dios justo para poder satisfacer su justicia.

Cuando Jesús dijo: "Consumado es", pensaba en que cada persona no tendría que hacer nada más, ya estaba todo hecho, el camino al Padre estaba abierto. "Está terminado".

En la cruz, Jesús logró todo lo necesario para que su pueblo estuviera con Él para siempre.

El Novio se entregó a sí mismo por su novia, para que pudiera presentarse delante del Padre sin mancha. El Pastor dio su vida por sus ovejas, para que pudieran habitar en el redil. El sacerdote se ofreció en el altar para que cualquiera que estuviera cubierto por su sangre pudiera acercarse a Él en el Lugar Santísimo.

En la angustia de la cruz, Jesús, con satisfacción en su alma, pudo decir: "Consumado es, todo está terminado".

PASOS DE FE

Y tú, a los pies de la cruz, ¿qué ves? ¿Qué sentimientos genera en ti la Cruz de Jesús? ¿A qué grupo de personas pertenecen? ¿A las que se burlan, a las escépticas, a las indiferentes, a las tristes, a los que huyen por miedo?

¿O ves la obra terminada del Salvador y recibes la gracia del Padre?

¿O quizás ves un trabajo casi terminado?

Muchos de nosotros, después de Semana Santa, volvemos a nuestra vida como si tuviéramos que añadir algo a lo que Jesús ya hizo en la cruz, como si tuviéramos que añadir obediencia y buenos sentimientos para poder disfrutar que lo Él ya terminó. No podemos añadir nada a una obra terminada.

Solo podemos tender la mano de la fe y recibir esa obra terminada humilde y felizmente.

Comienza cada día en el Gólgota, allí encontrarás fuerza para correr nuestra carrera con libertad, resistir al diablo con desafío, caminar en buenas obras con fuerza y perseguir la santidad con alegría.