Una Vida FructíferaMuestra

La paz, como la fe, es algo que se entiende fácilmente, pero es difícil de obtener, y aún más difícil de mantener en medio de la agitación.

Muchos predican sobre la paz, pero la paz que sobrepasa lo que está sucediendo en la vida viene directamente del Señor. Si nuestra alma está en paz, las dificultades de nuestra vida no nos la pueden robar.

Permanece dentro de nosotros a pesar de todas las oposiciones y dificultades de nuestra vida. Cuando recordamos que nuestra esperanza se encuentra en un Dios fiel e inquebrantable, nada puede robarnos nuestra paz.

En la vida, es seguro que enfrentaremos desafíos.

Las dificultades, la frustración y la angustia son casi imposibles de evitar a veces. Muchas veces estas circunstancias pueden llevarnos a sentirnos inseguros, pero tener un buen fundamento en el Señor nos brinda una seguridad interna (y eterna) de que, independientemente de nuestras circunstancias, su paz es nuestra.

Al igual que un niño cuando llega una tormenta en la noche, nos sentimos asustados durante los momentos de incertidumbre. Entonces, corremos a las habitaciones de nuestros padres en busca de comodidad. Aunque la tormenta continúa, sentimos paz con solo saber que están allí. Filipenses 4:6 habla de una paz que sobrepasa todo entendimiento. Continúa diciendo que guardará nuestros corazones y mentes en Cristo Jesús.

Uno de los himnos más populares de todos los tiempos sería una canción titulada“Está bien con mi alma”.

Esta canción escrita por Horatio Spafford habla de las emociones por las que pasó cuando perdió a sus cuatro hijas en un accidente en un barco. Esta tragedia paralizó mentalmente a Horatio y a su esposa, Anna. Sin embargo, de alguna manera, esto lo inspiró a escribir esta canción.

A pesar de una tragedia tan devastadora, la fe y la confianza de Horatio en el Señor le permitieron sanar y tener paz. Él no tenía que entender para saber y operar en la paz del Señor.

El dolor que seguramente sintió inmovilizaría a la mayoría, sin embargo, confió en la paz que Dios le había proporcionado para salir adelante. Confió en Dios a pesar de sus circunstancias, cuando muchos se habrían derrumbado bajo el peso de este dolor.

Ese es el poder de la paz de Dios obrando en nuestras vidas.

ESA es paz interna, eterna.

Y la paz genuina y duradera simplemente no se puede encontrar por ningún otro medio.

- Diana Villa