Eternos: Cuerpo, Alma Y Espíritu.Muestra

Cuando te encuentras agobiada, perdida o preocupada… ¿a quién acudes? Hace poco que soy mamá… y es cierto que en muchos momentos me he sentido desbordada por muchas situaciones. Eres primeriza y hay muchos momentos que no sabes cómo abordar. En esos casos, casi siempre (por no decir siempre) acudo a mi madre. Sé que ella, estará siempre disponible para escucharme, tiene más experiencia que yo para aconsejarme y sé que ella nunca me va a juzgar, no me cabe duda de que sus brazos estarán abiertos para encontrar refugio. La confianza en otras personas es esencial porque eso trae descanso...pero ¿cómo es tu confianza en Dios?

De la misma manera que debemos cuidar nuestro cuerpo y alma, también es nuestra responsabilidad tener una vida espiritual sana. Muchas personas reconocen que son seres espirituales y buscan conectar esa área con misticismo y un estilo de vida donde el hombre es el centro de todo. Pero conectar con tu parte espiritual no se trata de alcanzar únicamente tu bienestar personal, sino en conocer a Aquel que te creó para entender quién eres tú. Más allá de buscar vaciarnos, debemos llenarnos de Su verdad. Para ello, tenemos una herramienta increíble y poderosa que es la Palabra de Dios. Meditar y practicar la Palabra, debe convertirse en una disciplina o hábito espiritual, así como el tiempo que dediquemos a comunicarnos con Dios para que de esta manera, podamos tener un encuentro más íntimo con Él.

Muchos buscan la paz interior, pero solo existe un camino… Jesús es el camino, la verdad y la vida, y sólo a través de Él podemos acceder a Nuestro Padre, quien nos llena y completa como seres espirituales que somos.

Por eso, de la misma manera que puedo ir a mi madre, confiar en ella, dejarme acompañar y descansar cuando lo necesito. También puedo acudir a mi Padre Celestial para dejar de preocuparme por lo que pasará mañana, confiando en el hecho de que Dios está en control absoluto de todo y que Él tiene un propósito para mi vida. No sólo puedo descansar en Dios, sino que ¡puedo tener una relación íntima con Él! Puedo ser amiga de Jesús y construir esa relación de confianza, sabiendo que el Espíritu Santo mora en mí… y por lo tanto me guía, aconseja, consuela y transforma.

Mi consejo es que dediques tiempo a esta área de tu vida. Es imposible que las demás funcionen si tu vida espiritual está descuidada. Si quieres balance en tu vida, conecta con Tu Creador. Y de la misma manera que debes establecer nuevas rutinas y cambios de hábitos para cuidar tu cuerpo quizás debas de establecer nuevas rutinas para fortalecer tu relación con Dios. La oración, la lectura de la Palabra, tu compromiso con una iglesia local, son tareas que te beneficiarán para ello. Si las incorporas a tus rutinas, podrás mantener sana tu salud espiritual de la misma manera que cuando decides comenzar hábitos para cuidar tu salud física. Si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda y consejo a personas que conoces y que sabes que tienen una relación íntima con Dios. ¡Ponte cerca de personas que cuidan su vida espiritual!

Reto de hoy: Para por un momento y analiza cuál es tu rutina espiritual para conectar con Dios. ¿Qué debo mejorar? ¿Qué podría cambiar para fortalecer mi área espiritual? Una vez reflexiones estas preguntas, toma un tiempo para orar y pedir al Espíritu Santo que te ayude a establecer esos pilares fuertes donde construir tu relación con Dios.