El Regreso: No es demasiado tarde y no estás tan lejosMuestra

Jesús es suficiente

Leemos muchas historias sobre personas que superaron con éxito obstáculos como parte de su proceso de retorno. Una persona va de herida a curada, de tristeza a alegría, de pérdida a ganancia. Estas historias son poderosas y alentadoras. Pero, ¿qué hacemos cuando un retorno terrenal no es posible? ¿Qué hacemos cuando un ser amado ha muerto, un negocio desaparece, o un divorcio es definitivo? ¿Qué hacemos cuando la realidad es que nuestra situación no se resolverá en esta vida?

Para una respuesta, podemos volver a la historia de Elías y la viuda en 1 Reyes 17:8-24. Cuando la historia comienza, Elías ha estado acampando al este del río Jordán, junto al arroyo de Querit, donde Dios le proveía cada día. Con el tiempo, sin embargo, Dios le dijo a Elías que viajara a Sarepta, donde una mujer cuidaría de él. Esta viuda no era rica—podemos verlo en el texto. Tenía un hijo, y su comida también se estaba agotando peligrosamente.

El profeta encontró a la viuda y le pidió un poco de agua en una jarra y un poco de pan. "Bueno, por qué no," dijo ella, o algo como eso. "Todo lo que tengo es un puñado de harina en casa y un poco de aceite en una vasija. Voy a usar estos pequeños palos de madera que estoy recolectando para encender fuego cuando llegue a casa. Voy a usar estos últimos restos de mi aceite y harina para cocinar una última pequeña comida para mi hijo y para mí. Vamos a comer eso, y entonces moriremos. ¿Quieres lo último de mi comida? ¿Porqué no? Si te la doy, todo lo que eso hará es apresurar el final de nuestra miseria."

¿Has estado allí? ¿Al final de tu cuerda? ¿Qué tan loco suena que cuando estamos en nuestro nivel más bajo, Dios pida algo de nosotros? Él nos invita a darle nuestra última comida. ¿Sabes lo que esa comida representa? Es nuestra completa confianza. Cuando estamos en nuestro nivel más bajo y más débil, Jesús nos invita a entregarle todo lo que nos queda. Nos invita a darle nuestro poco, lo que sea nuestro poco. Cuando le damos nuestro poco, ponemos toda nuestra esperanza en él.

En el caso de la viuda, cuando hizo lo que Elías le dijo, hubo comida en su casa cada día para Elías, para ella y su hijo. La tinaja de harina no se agotó, y la vasija de aceite no se secó. Ella dió todo lo que tenía, y terminó con mucho más.

Cuando Jesús es suficiente en nuestras vidas, nos enfocamos en lo que tenemos, no en lo que no tenemos. Bendecimos a Dios y no lo maldecimos. Fijamos nuestra mirada en Dios y corremos hacia él, no lejos de él. Creemos en Dios y no dudamos de él, incluso cuando no entendemos nuestras circunstancias. Le pedimos que tome la mitad de nosotros que queda y que haga todo lo que él quiere que seamos. Cuando no tenemos retorno, el retorno es que Jesús es suficiente.

Responde

¿Qué podemos aprender del ejemplo de la viuda en esta historia sobre confiarle a Dios nuestros recursos, entregándole todo lo que tenemos a él, y dando un paso de fe?

Cuando se trata de los problemas que enfrentas, ¿Cómo ofrecerle a Jesús todo lo que tienes puede ser parte de la solución de Dios?

¿Cómo te ha revelado Jesús que él es un cimiento firme en medio de la tormenta? ¿Cómo te ha revelado que él es suficiente?