Devocional diario de Rick WarrenMuestra

Dios sonríe cuando alabamos

Muy pocas cosas se sienten mejor que recibir cumplidos y apreciaciones genuinas de alguien más. A Dios le encanta esto también. Él sonríe cuando expresamos nuestra adoración y gratitud hacia Él.

La vida de Noé le trajo gozo a Dios porque vivió con un corazón de apreciación y gratitud. El primer acto de Noé luego de sufrir el diluvio fue darle las gracias a Dios ofreciéndole un sacrificio (Génesis 8:20).

Alabamos a Dios por quién es, y le damos gracias por lo que ha hecho (Hebreos 13:15; Salmo 116:17). David dijo: "Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. Esa ofrenda agradará más al Señor que la de un toro o un novillo con sus cuernos y pezuñas" (Salmo 69:30-31 NVI).

Pasan cosas asombrosas cuando ofrecemos alabanza y gratitud a Dios, ¡nuestros corazones se llenan de alegría!

Mi madre amaba cocinar para mí. Aún después de que me casé con Kay, cuando visitábamos a nuestros padres, mamá preparaba deliciosos festines caseros. Uno de sus mayores placeres era vernos a nosotros, sus hijos, comer y disfrutar lo que ella preparaba. Cuanto más disfrutábamos comiendo, ella más disfrutaba.

Pero también disfrutábamos complaciendo a mamá al expresarle nuestro gusto por su comida. Era de ida y vuelta. Mientras yo disfrutaba de su maravillosa comida, me mostraba encantado y le daba cumplidos. Mi intención no era solo disfrutar la comida sino también complacer a mamá.

La alabanza también es de ida y vuelta. Nosotros disfrutamos lo que Dios ha hecho por nosotros, y cuando expresamos nuestro gozo a Dios, le da alegría a Él pero también aumenta nuestra alegría.