Ir Hacer Decir Dar: La Libertad De Rendirse a JesúsMuestra

Diré lo que quieras que diga

Smokey Bear nos ha recordado durante más de setenta años que "solo tú puedes prevenir los incendios forestales". El daño de una pequeña chispa puede devastar un hermoso bosque y destruir comunidades enteras. Las Escrituras usan el mismo vocabulario para describir el poder destructivo de nuestras palabras: "Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!" (Santiago 3:5)

Con el potencial de tal destrucción, y también el potencial para el bien que proviene de nuestro discurso, es importante decir lo que Jesús quiere que digamos, y no solo imitar los valores de nuestra cultura. Nuestro mundo está lleno de habla caracterizada por el odio, los celos, la condenación y la ira. Jesús dio un principio de que "de la abundancia del corazón habla la boca". No podemos evitar la verdad; nuestro discurso revelará lo que hay en nuestro interior.

¿Cómo afecta el seguir a Jesús lo que decimos cada día y por qué? Se le describe como "El Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14). Él es la última comunicación de Dios a su creación. Y se nos dice que "la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo". Mientras vive a través de nosotros, podemos esperar hablar con gracia y verdad. La vida de Jesús estuvo marcada no solo por palabras amorosas y llenas de gracia, sino también por palabras honestas que reflejaban la verdad sobre él y el mundo que lo rodeaba.

En Hechos 1: 8, Jesús les dijo a sus discípulos que cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ellos experimentarían poder para ser sus testigos. A medida que cedemos a su control, descubriremos que querremos contarle a los demás sobre él. Eso no significa que seremos desagradables o condescendientes con los demás, como algunos temen. De hecho, todo lo contrario: seremos amables y compasivos y le diremos a la gente quién es Jesús y la diferencia que ha hecho en nuestras vidas.

Pero decir lo que Dios quiere que digamos no se trata solo de contarles a otros acerca de Jesús. Es usar nuestras palabras para hablar con otros como lo haría Jesús: expresando bondad y perdón, y afirmando a los demás por lo que son y las cosas que hacen bien. Al hacerlo, los bendecimos y los alentamos en su viaje espiritual.

¿Hay algún cambio en la forma en que debes hablar con alguien en tu vida? Piensa en al menos una persona y en cómo le hablarás de manera diferente la próxima vez que interactúes con ella.

¿Dirás lo que Dios quiere que digas hoy?