Libre de temores Muestra

¡No tengas miedo!
Básicamente esto es lo que el Señor quiso transmitir a los discípulos ante la tristeza, el desconcierto y el miedo que tenían a causa de lo que quizás el futuro les iba a deparar.
No tengáis miedo, hay una morada, no somos indigentes. Hay un encuentro, no fuimos olvidados. Hay un camino, no somos vagabundos. Hay un Padre, no somos huérfanos. Hay un Espíritu Santo, no estamos desamparados. Hay paz, no estamos desesperados. En lugar de fijar la atención en las circunstancias, o en lo que no conocían, tenían que afirmarse en lo que sí sabían.
En lugar de angustiarse por lo que desconocían, tenían que descansar en lo que sí conocían. A veces nuestra vida es un tremendo campo de batalla donde damos lugar al diablo. Por eso, y terminando ya, recordemos: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.» No debemos pensar en lo que no vale la pena, en aquello que nos perjudica, sino en lo bueno.
«Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento». Aunque andemos en valle de sombra y de muerte, pensemos en lo bueno.
«Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?» «Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores». Pensemos en lo bueno cuando venga el temor.
Tener miedo no te tiene que avergonzar; los discípulos tuvieron miedo, pero el Señor nos dejó elementos para que seamos libres de los temores, para que no les demos lugar. Y por último, para que cuando te acuestes, no tengas temor, sino que te acuestes y tu sueño sea grato.
¿Qué hay detrás de la próxima curva? ¿Qué te está preocupando? Confía en el Señor, porque tenemos una morada, un encuentro, un camino, un Padre, un Espíritu Santo y su paz.
Acerca de este Plan

No tengáis miedo, hay un hogar, no somos indigentes. Hay un encuentro, no hemos sido olvidados. Hay un camino, no somos vagabundos. Hay un Padre, no somos huérfanos. Hay un Espíritu Santo, no estamos desamparados. Hay paz, no estamos desesperados. En lugar de fijar la atención en las circunstancias, o en lo que desconocemos, tenemos que afirmarnos en lo que sí sabemos. Jesús nos hizo libres.
More
Planes relacionados

Encontrando un ancla en nuestra ansiedad

Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

Caminando Juntos: Hombres Y Mujeres Construyendo en Unidad

95 Tesis Para La Nueva Generación

Zaqueo: La Obediencia Inmediata

La Comparación - El Enemigo Silencioso

Confiando en Dios Para Dar Forma a Tu Historia

Esperanza Que No Desespera
