Libre de temores Muestra

Hay una morada
Si pudiéramos librarnos del miedo, sería una gran bendición en el desarrollo de nuestras vidas. ¿Por qué no debe turbarse mi corazón ni tener miedo? Volviendo a Juan capítulo 14 encontramos que el Señor observa el rostro de sus discípulos ante sus palabras. Conoce su corazón y por eso les dice lo mismo al principio y al final: «No se turbe vuestro corazón». Entre estos dos versículos el Señor va a dar algunas razones del por qué no deben dejar que su corazón se turbe, ni dar lugar al miedo. Estas cosas, que el Señor consideró que eran buenas para que ellos las supieran, sin duda también lo serán para nosotros en el día de hoy. Las respuestas son las razones que el Señor presenta.
Porque hay una morada
«En la casa de mi Padre muchas moradas hay». El tema habitacional es un problema en todo el mundo. ¿Dónde vivir? La escasez de viviendas y la dificultad para acceder a ellas son un tema cotidiano, pero el Señor dice: «No tengan miedo porque voy a preparar lugar para ustedes». El Señor es un gran arquitecto de ciudades. Diseñó la Nueva Jerusalén. El apóstol Juan dice: «Yo vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido».
Esta ciudad es imposible de entender en toda su magnitud, construida según conceptos arquitectónicos divinos, muy diferentes a los humanos. Recuerdo que, cuando era niño, una vez le pregunté a mi mamá, pensando en todos los convertidos que habría a lo largo de los siglos: «¿Va a haber sitio para todos, mamá?» Bueno, algunos años después, estudiando Apocalipsis, me di cuenta de que sí, porque esta nueva Jerusalén es un cubo, o tal vez una pirámide, que tiene una base de 12.000 estadios, unos 2.200 o 2.300 km de lado. Si fueran 2.200 km, tendría una superficie de 4.840.000 kilómetros cuadrados. ¿Y con eso qué?
No sólo eso. A veces se habla de las calles de oro, pero según Apocalipsis 21 y 22, parece que tiene solo una calle, una gran avenida de oro. Una ciudad que tiene doce entradas, tres en cada lado, cada puerta es una tremenda perla, cada portero es un ángel, en cada puerta el nombre de una de las tribus de Israel, lo cual nos muestra que los santos del Antiguo Testamento resucitados morarán allí. Pero al mismo tiempo la ciudad tiene doce cimientos, cada uno de un color diferente y cada uno con el nombre de uno de los apóstoles del Señor, lo cual la hace también la morada de la iglesia, la esposa, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Así que, no tengan miedo, porque hay una morada.
Escritura
Acerca de este Plan

No tengáis miedo, hay un hogar, no somos indigentes. Hay un encuentro, no hemos sido olvidados. Hay un camino, no somos vagabundos. Hay un Padre, no somos huérfanos. Hay un Espíritu Santo, no estamos desamparados. Hay paz, no estamos desesperados. En lugar de fijar la atención en las circunstancias, o en lo que desconocemos, tenemos que afirmarnos en lo que sí sabemos. Jesús nos hizo libres.
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