El Reino Desciende: Un Estudio en Danielنموونە

Encuentra a Jesús en tu horno de fuego Al continuar nuestro estudio de Daniel, es importante notar que del capítulo uno al capítulo dos hay tres años. Del capítulo dos al capítulo tres son 17 años. Así que ahora llevamos 20 años en la vida de Daniel, y probablemente esté en sus mediados o finales de los 30 en este punto. Lo que seguimos viendo en el capítulo tres es que todo lo que Dios crea, Satanás lo falsifica, así que Daniel y sus amigos deben elegir entre lo verdadero y lo falso, lo cual requiere discernimiento. Cualquier sentido de asombro por Dios que tenía Nabucodonosor al final del capítulo 2 ahora ha desaparecido, ya que ha decidido establecer su propio reino falso con él mismo como rey. Le preocupa que sus súbditos no sean completamente leales a él como rey y a su reino, por lo que crea una festividad especial a la que todos deben asistir y desenmascara una estatua de sí mismo de 27 metros. Básicamente, le fue muy bien en autoestima en la escuela primaria. Se despertó un día y pensó: “lo que el mundo necesita es una estatua gigante de mí hecha de oro”. Esta es la idea principal: puedes inclinarte ante Jesús, o puedes inclinarte ante dioses falsos. Por lo general, nuestros ídolos no son tan obvios como una estatua de 27 metros, pero el enemigo es bastante bueno para tentarnos con ídolos como el sexo, el control, la comodidad, el dinero, la seguridad y el orgullo. En el caso de Nabucodonosor, él crea una falsificación de un servicio de iglesia dedicado a adorarse a sí mismo con sacerdotes falsificados, música de adoración falsificada y reverencia falsa al rey. Satanás no es tan creativo, pero es bueno para engañar incluso al pueblo de Dios. Cualquiera que no se incline será arrojado a un horno de fuego. Hay mucho en juego para el pueblo de Dios. Los historiadores nos dicen que probablemente trescientas mil personas se inclinaron en un instante, que eran todos los presentes excepto 3 muchachos. Esta no es una declaración política, sino espiritual. Y están solos al hacerla, lo cual es asombroso. Nuevamente, el rey se enoja y los envía al horno, como prometió. Y, sorprendentemente, Daniel y sus amigos obedecen. Eligen la voluntad de Dios sobre su propia comodidad personal. No temen a un rey con “r” minúscula, ya que saben que su Rey de reyes los liberará. Le temen a Él por encima de cualquier hombre terrenal. ¡Y Él los libera! De repente, hay un cuarto hombre en el horno, Jesús, y salen sin siquiera oler a humo. Nuevamente, Nabucodonosor reverencia a Dios y decreta que nadie puede difamar al Dios de Daniel y promueve a Daniel y sus amigos. Después de, una vez más, defender a Dios como Señor por sobre todo y enfrentar otra prueba, Daniel vuelve a encontrar el favor de un rey terrenal solo por reverenciar a su Rey Celestial. ¿En qué prueba(s) te encuentras en este momento? ¿Estás buscando la voluntad de Dios mientras atraviesas estas pruebas?