La Incómoda Solución Para Prácticamente TodoMinta

Jesús sana a un ciego de nacimiento

Es común, en nuestra experiencia humana, que carguemos con pesos que se sienten irremediables. Situaciones en la vida que al parecer siempre han estado con nosotros y que tienen el poder de quitarnos nuestra capacidad de ver con claridad y nos roban la esperanza. Muchos podemos sentirnos en este momento como el ciego del pasaje de hoy, sumidos en la oscuridad causada por las situaciones que enfrentamos.

Incluso, la zozobra de buscar una explicación o el porqué de los males con los que lidiamos, llega a ser tan pesada y tan enceguecedora como la situación misma. Nuestra naturaleza egocéntrica nos lleva a enfocarnos, como a los discípulos de Jesús, en el actuar humano, pone el foco en nuestras limitaciones y busca asignar culpas.

Pero en el pasaje de hoy, vemos a Jesús invitándonos a cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo que Dios puede hacer con nuestro futuro. Las situaciones difíciles que enfrentamos hoy o con las que hayamos convivido por mucho tiempo, son una oportunidad para que veamos y experimentemos de primera mano, la gracia y el poder de Dios en nuestra vida.

Finalmente,en el pasaje vemos que Jesús invita al ciego a tomar una acción: "Ve a lavarte". Como resultado de obedecer las instrucciones de Jesús, ocurre un milagro en su vida.

Su gracia viene a nuestro encuentro para ayudarnos en nuestro caminar, pero también nos invita a levantarnos de nuestro lugar de desgracia y seguirlo con obediencia. Aquí el milagro no se centra en la acción del ciego, sino en cómo el poder de Dios puede obrar en nuestra vida cuando decidimos reconocerlo, obedeciendo Sus palabras con fe y con obediencia. Él no quiere dejarnos sumidos en nuestra oscuridad y tristeza.

Como en la historia del ciego, en medio de nuestra oscuridad Jesús llega para traernos luz para que veamos la vida esperanzadora que Él tiene para nosotros, y para que en los tiempos difíciles podamos oír Su voz y experimentar Su gracia.