Fundamentos: Una Vida Saludable Con Dios.Muestra

Seamos alguien que transforma su entorno.

Oración inicial:

Señor, gracias porque me llamaste para reflejar Tu luz. Hoy úsame para transformar mi entorno. Amén.

Mateo 5:16 (RVR60)
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

Reflexión:

Jesús fue muy claro: eres luz; eres sal. No por lo que haces, sino por quién está en ti.

La luz se nota, rompe la oscuridad y muestra el camino; la sal da sabor, conserva y previene la corrupción. Cuando Cristo vive en nosotros, Su presencia transforma el ambiente: en el trabajo, en la escuela, en casa, en las redes sociales y en cada lugar que pisamos.

A veces pensamos que transformar el mundo requiere grandes acciones, pero Jesús nos enseña que todo comienza con pequeñas luces encendidas cada día: una palabra de ánimo, un acto de servicio, una oración por alguien, un consejo lleno de sabiduría bíblica, una postura firme frente al pecado y una vida íntegra ante la presión social.

El cristiano no se adapta a la oscuridad, la confronta con luz; y esa luz no es nuestra, es Cristo brillando a través de nosotros. El mundo necesita esperanza, y tú la llevas dentro. Tu fe no debe esconderse, sino ser vista, escuchada y vivida. No apagues la luz que Dios encendió en ti por miedo, vergüenza o comodidad, porque cuando la luz de Cristo brilla en tu vida, otros glorifican a Dios. Tu entorno no debe transformarte a ti; tú transformas tu entorno porque Cristo está en ti. Esa es tu misión: ser un agente del Reino donde Dios te plantó.

Hoy Jesús te recuerda: eres enviado, eres luz y eres influencia del cielo en la tierra.

Medita y escribe:

• ¿Mi entorno cambia para bien cuando yo estoy?
• ¿He escondido mi luz en algún área de mi vida?
• ¿Qué acción puedo hacer HOY para traer luz a alguien?

Piensa en algo práctico y ejecuta una acción hoy mismo.

Toma un. tiempo para orar, por lo que Dios sembró en ti en estos días:

a) Reconocer:
Señor, reconozco las veces que he apagado la luz de Cristo en mí.

b) Entregar:
Te entrego mis temores, mi pasividad y mi silencio.

c) Obedecer:
Hoy decido ser luz activa en mi entorno, para que otros te conozcan.

Declaración bíblica del día:

“Soy luz de Cristo en mi mundo. Mi vida glorifica al Padre.”

Decláralo una vez, con valentía y fe.