Floreciendo en Su GraciaMuestra

Florecer otra vez
Hay flores que parecen haber terminado su ciclo, sus pétalos caen, la tierra se seca, y todo parece indicar que ya no volverán a florecer. Pero el jardinero sabe que debajo de la tierra sigue habiendo vida. Solo necesita el momento correcto, la luz precisa y el agua adecuada para despertar lo que parecía perdido.
Así también es tu corazón, tal vez hubo temporadas donde diste todo y quedaste vacía… Donde amaste y no te cuidaron, donde sembraste con fe, pero no viste fruto y, sin darte cuenta, empezaste a creer que ya no florecerías otra vez.
Pero hoy Dios te recuerda: ¡florecerás otra vez!
No importa cuántas veces te hayas marchitado, su gracia está disponible. Sin embargo, florecer no sucede solo con esperanza: requiere decisión, intención y cuidado.
Florecer en su gracia no sucede de la noche a la mañana, implica proceso, rendición y responsabilidad. No podemos florecer si dejamos que la maleza crezca sin control, si seguimos aferradas al rencor, al miedo o a la comparación. Dios puede sanar lo que dolió, pero tú eliges perdonar, soltar y cultivar la paz.
Florecer otra vez significa hacerte responsable de tu crecimiento espiritual, de elegir con qué pensamientos riegas tu mente, con qué palabras alimentas tu alma y qué raíces decides mantener o arrancar.
Pero la gracia no te quita la responsabilidad, te da la fuerza para asumirla. Florecer no siempre será rápido ni fácil; habrá días de tierra dura, de lágrimas, de espera. Pero incluso en esos días, Dios sigue obrando.
Jesús hace su parte; riega, poda y restaura. Pero tú eres responsable de regar con el agua correcta, de mantener la tierra abierta, fértil y dispuesta.
Florecer requiere decisiones.
- Perdonar lo que te marchitó.
- Soltar lo que ya no da fruto.
- Regarte cada día con Su Palabra y Su presencia.
- Creer que lo que Dios sembró en ti sigue vivo, aunque no lo veas.
¿Qué decisiones estás tomando hoy en día para florecer en su gracia? ¿Estás perdonando y amando a pesar de la ofensa? ¿Estás siendo intencional con tus tiempos con Jesús? ¿Estás obedeciendo su palabra? Reflexiona en eso y no te canses de practicarlo todos los días y si aún no lo haces, hoy es un buen momento para empezar.
Cada flor que vuelve a abrirse cuenta una historia: la de alguien que permitió que Dios la regara con gracia y eligió no rendirse. Tú también puedes ser esa flor. No importa el invierno que hayas vivido, ni el daño que intentó secarte: tu raíz está en Jesús, y eso es suficiente para florecer otra vez.
Así que hoy, hazlo personal. Mira tu jardín interior y pregúntate: ¿Qué debo arrancar? ¿Qué debo regar? ¿Qué debo dejar que Jesús transforme?
Y cuando mires atrás, verás que cada poda tuvo sentido, que cada desierto preparó el terreno y que cada lágrima fue agua que ayudó a florecer.
Jesús te recuerda quién eres en él: bella, escogida, amada. Y no importa cuántas veces te hayas marchitado, en su gracia siempre hay una nueva primavera.
¡A partir de hoy, hazte responsable de tu jardín! ¡Permítete que Él haga lo imposible, mientras tú riegas, cuidas y actúas con intención!
Oración:
Amado Jesús, gracias, porque en ti todo puede hacerse nuevo y nada está perdido. Te pido gracia y sabiduría para cuidar mi jardín interior: ayúdame a reconocer lo que debo arrancar, lo que debo regar y cómo debo alimentar mi alma. Enséñame a obedecer tu palabra, a ser intencional con mi tiempo contigo y a asumir mi responsabilidad de florecer bajo tu guía. Confío en que tú transformas lo seco en fértil, lo marchito en vida, y lo perdido en esperanza, pero ayúdame a colaborar contigo, haciendo mi parte con fe y constancia. Que mi corazón permanezca abierto a tus manos, a tu riego y a tu poda, y que cada decisión mía refleje tu amor y tu gloria. Amén.
Acerca de este Plan

Florecer en su gracia te invita a mirar tu corazón como un jardín amado por Jesús. Él es el jardinero que riega, poda y da nueva vida… pero tú eres quien decide cuidar la tierra, arrancar la maleza y dejar que su gracia transforme. Florecer en su gracia es un trabajo en conjunto; Él hace lo imposible, tú haces lo intencional. Es tiempo de cuidar tu jardín interior. Es tiempo de florecer en su gracia.
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Nos gustaría agradecer a Un café con Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/_uncafeconjesus?igsh=MXV1ZW1oOWtwNm16dA==&utm_source=qr
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