El Areópago DigitalMuestra

Ya estamos en el Areópago Digital y hemos decidido usar nuestros "panes y peces".
Ahora, ¿cómo hablamos para que nos escuchen? La estrategia nos la da el Apóstol Pablo en 1 Corintios 9:22: "A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos".

Esto no significa comprometer la verdad; significa construir un puente. Pablo lo modeló perfectamente en Atenas. Cuando hablaba con los filósofos griegos, no empezó citando a Isaías (no lo conocían). En cambio, citó a sus propios poetas paganos para establecer un punto en común: "Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos" (Hechos 17:27-28). Él usó su cultura como un trampolín hacia la Verdad del Creador. En lugar de solo condenar su cosmovisión, encontró un eco de la verdad en ella y lo usó para presentarles a Jesús.

Jesús mismo fue el maestro constructor de puentes. Cuando Él se paró y declaró: "Yo soy la luz del mundo" (Juan 8:12), estaba usando una metáfora universal. Él podría haber usado términos que solo los judíos entendían, como "el Cordero de Dios" (que usó en otros contextos), pero eligió "la luz", un concepto que todo ser humano, sin importar su trasfondo, instintivamente entiende como esperanza, guía y vida. Él tendió un puente desde una necesidad humana universal hacia su identidad divina. Nuestro llamado en el Areópago Digital es el mismo. ¿Qué le duele a nuestra generación? ¿Cuáles son sus frustraciones? ¿Hay en la cultura pop algún eco de verdad que podamos usar? Encontremos esos puntos en común y construyamos puentes para que el Evangelio pueda cruzar.

Oración:
Padre, dame la sabiduría de Pablo y el corazón de Jesús. Enséñame a entender a mi generación, a escuchar sus preguntas y encontrar "puntos en común". Ayúdame a construir puentes de gracia y a comunicar Tu Verdad eterna de una forma que resuene en sus corazones. Amén.