El Areópago DigitalMuestra

Jesús no dijo “esperen”, dijo “vayan”. La Gran Comisión no es una sugerencia, es un mandato que atraviesa generaciones. Pablo entendió esto perfectamente: fue al Areópago, el corazón intelectual de Atenas, para anunciar al Dios desconocido. No esperó que la gente viniera; fue hacia ellos, al centro del pensamiento, donde se discutían las ideas más influyentes del mundo antiguo.

Hoy ese “Areópago” ha cambiado de forma, pero no de propósito. Esas plazas llenas de voces son ahora las redes sociales. Allí la gente busca aprobación, sentido, identidad y propósito, y pasan horas alimentando su espíritu con lo que el algoritmo ofrece. Ir al Areópago Digital no es simplemente publicar contenido cristiano, sino encarnar el mensaje de Cristo en cada palabra, comentario y conversación.
Cumplir la Gran Comisión en el siglo XXI implica aprender a caminar por estos espacios con la misma pasión y discernimiento que Pablo tuvo en Atenas: sin miedo, con amor, con la verdad en la boca y compasión en el corazón.

Oración:
Señor, abre mis ojos al verdadero significado de “ir” en mi generación. Dame la valentía de Pablo para entrar en el Areópago Digital y lléname de amor por las almas que allí buscan sentido. Que mi presencia refleje Tu luz en cada rincón de este nuevo mundo. Amén.