QUÉ SE HAGA LA LUZ EN TU VIDAMuestra

Para tu corazón hoy

Hay momentos en los que sentimos que por fin la luz se encendió en nuestra vida. Ya no estamos en la misma oscuridad de antes, ya hemos sanado cosas, ya entendemos un poco más. Pero el Espíritu Santo nos susurra al corazón: “No te conformes con brillar, quiero que resplandezcas”.

Brillar es tener luz. Resplandecer es reflejar la gloria de Dios. Y lo hermoso es que Dios no espera a que todo esté perfecto para decirlo. No te dice: “Cuando tengas más tiempo” o “cuando seas más espiritual”. Te dice: “Levántate, resplandece”, aquí y ahora, en medio de tu rutina, de tu trabajo, de tus estudios y de todo lo que estás viviendo.

Hace poco iba en el carro, atrapado en el tráfico, con muchas cosas en la mente. No estaba haciendo nada malo, pero por dentro me sentía apagado, avanzando sin disfrutar el camino. En ese momento, sin música ni una gran emoción, sentí que el Espíritu Santo me habló al corazón: “Estás avanzando, pero se te está olvidando disfrutar el camino conmigo”.

No vi una visión ni sentí algo espectacular, pero sí una conciencia viva de su presencia. Bajé la velocidad del alma, respiré profundo y entendí algo muy claro: resplandecer no es hacer más cosas para Dios, es reflejar a Cristo en lo simple. En cómo respondes, en cómo tratas a los tuyos, en cómo hablas cuando nadie te está viendo ni aplaudiendo.

En la Biblia, Dios habló a su pueblo en medio de tinieblas y les dijo que su gloria se vería sobre ellos. También llevó a un profeta frente a un valle seco y le mandó a hablar vida. Es como si Dios nos recordara una y otra vez: “Si abres tu boca con fe, yo respaldo con mi poder”.

Y la Palabra nos recuerda que Dios no deja procesos a medias. Si Él ya encendió su luz en ti, no lo hizo para apagarla después, sino para perfeccionarla. Él quiere llevarte de solo brillar… a realmente resplandecer.

Desafío del día

1. Tómate un momento para pensar: ¿en qué área de tu vida sientes que estás avanzando, pero sin disfrutar el camino con Dios? Escríbela en una frase.
2. Preséntale esa área al Señor y dile: “Jesús, quiero resplandecer también aquí, no solo cumplir”.

Oración

Padre, gracias porque no me llamaste solo a sobrevivir, sino a resplandecer. Hoy decido caminar contigo, no con prisa, sino con propósito. Haz que tu luz se note en mi actitud, en mis palabras y en mi manera de amar. Lo que empezaste en mi vida, perfecciónalo con tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.