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Defendé lo que Dios te dio – Día 4

Cada avance espiritual despierta oposición. Cuando Nehemías comenzó a reconstruir, aparecieron burlas, amenazas y desánimo. Pero él no retrocedió: “Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche” (Nehemías 4:9 RV1960).

Nehemías sabía que la obra era de Dios, pero también entendía su parte: orar y vigilar. No basta con empezar algo; hay que defender lo que Dios nos entregó.

David también lo entendía. Cuando cuidaba las ovejas, defendió su rebaño de leones y osos (1 Samuel 17:34-37). Si fue fiel en lo poco, Dios lo preparó para lo grande. Lo mismo pasa con nosotros: si no protegemos lo que Dios nos dio hoy, ¿Cómo nos confiará más mañana?

En la vida práctica, es como una planta recién sembrada: si no la cuidás del viento y del sol, puede secarse antes de crecer. Tu fe, tu ministerio o tus sueños espirituales necesitan ese mismo cuidado.

El enemigo no teme tanto lo que hacés, sino lo que podés llegar a ser si perseverás. Por eso intenta distraerte o desanimarte. Pero cuando orás y te mantenés alerta, el plan de Dios sigue avanzando.

Habla con Dios y abrí tu corazón:
Padre, gracias por lo que pusiste en mis manos. Ayúdame a protegerlo con oración, fe y perseverancia. No quiero rendirme ante las críticas ni ante el cansancio. Fortalecé mi espíritu para seguir edificando lo que empezaste en mí. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué cosas Dios te confió que debés proteger hoy?
¿De qué formas el enemigo intenta distraerte o hacerte desistir?

Próximamente en el día 5: Confiá en el plan de Dios
Mañana veremos que, aunque otros no entiendan tu proceso, Dios completará la obra que empezó en vos.