¡Prepará tu vida para lo que viene!Muestra

Orar y accionar – Día 2

Nehemías no solo oró. Después de clamar a Dios, esperó el momento oportuno y actuó. La fe verdadera no se mide solo por lo que pedimos, sino también por lo que estamos dispuestos a hacer cuando Dios nos abre una puerta.

Dice la Palabra: “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey…” (Nehemías 2:4-5 RVR1960). En un instante, la oportunidad que Nehemías había esperado llegó. No tuvo tiempo de planear un discurso; simplemente oró, confió y habló.

Esa es la combinación que mueve montañas: oración + acción. La oración prepara el corazón; la acción demuestra la fe.
Santiago lo expresó así: “La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17 RVR1960).

Un ejemplo claro está en Eliseo y la viuda (2 Reyes 4:1-7): ella oró en desesperación, pero también actuó llenando las vasijas vacías. Dios multiplicó el aceite, pero ella tuvo que moverse. Así también, la bendición llega cuando nuestra fe se traduce en obediencia.

En la vida práctica, es como estudiar para un examen sin saber la fecha. Si te preparas, cuando llegue el día, estás listo. Así trabaja Dios: mientras oras, Él prepara el escenario.

Nehemías planeó, pidió recursos, y se movió con sabiduría. No improvisó, se preparó. Dios bendice a los que oran, pero también a los que se mueven en obediencia.

Habla con Dios y abrí tu corazón:
Padre, quiero tener una fe que se mueva, no solo que hable. Ayúdame a esperar en vos, pero también a actuar cuando tu Espíritu me lo indique. Que mis decisiones reflejen mi confianza en tu poder y mi obediencia a tu palabra. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué oportunidades Dios ya puso frente a vos y todavía no tomaste por temor o duda?
¿Tu fe te impulsa a moverte o te deja esperando indefinidamente?

Próximamente en el día 3: Ordena tu vida
Mañana veremos que Dios no bendice el desorden: Él actúa cuando nuestro corazón y nuestras prioridades están en el lugar correcto.