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Día 2 — SANTIDAD: Apartado, pero no separado
“Porque Yo soy el Señor su Dios. Por tanto, conságrense y sean santos, porque Yo soy santo…” Levítico 11:44 (NBLA)
Hemos escuchado la palabra santidad tantas veces que dejó de sonar como buena noticia. Sin darnos cuenta, la usamos para crear distancia, reglas y un intento agotador por perfeccionismo. Parecería que construir una vida donde evitarnos “contaminar” es más importante que aprender a amar.
Pero esa no es la santidad bíblica. Y definitivamente no es la santidad de Jesús.
La raíz de santo significa “apartado”, sí, pero nunca aislado.
Apartado para un propósito, no separado de las personas.
Dedicado a Dios, no distante del mundo que Dios ama.
Que hermosa invitación.
La santidad en las Escrituras no es un muro; es una puerta abierta. No es una postura defensiva; es una vida alineada. Es volver al origen, a la intención de Dios, a un corazón que quiere parecerse al suyo. Es estar tan lleno de la vida divina que tu presencia trae luz en lugar de juicio; compasión en vez de elitismo; hospitalidad en vez de distancia.
Jesús fue el ser humano más santo que ha caminado la tierra, y nunca estuvo lejos de nadie. No evitó mesas, no evitó heridas, no evitó historias quebradas. Su santidad no lo aisló: lo volvió más humano, más cercano, más capaz de tocar lo que otros no se atrevían a tocar.
La verdadera santidad siempre acerca.
La santidad que aísla y excluye no es santidad; es orgullo disfrazado.
La santidad de Cristo siempre pone la mesa.
Ser santo no es vivir con miedo; es vivir con propósito.
No es evitar el mundo; es servirlo con un corazón integro.
No es separarte de la humanidad; es aprender a amar como Dios ama.
La santidad no te hace menos humano; te hace plenamente humano.
Tal vez hoy Dios te está invitando a redimir esta palabra. No para que cargues un peso, sino para que recuerdes que fuiste apartado para algo: para amar, reconciliar, sanar, sembrar esperanza. Para vivir alineado con tu origen.
Pregunta para hoy:
¿En qué área de tu vida la santidad te está llamando no a aislarte, sino a acercarte con propósito?
Acerca de este Plan
CULTURA DE ORIGEN “Un viaje de 21 días para volver al origen a través de palabras restauradas.” En este plan redescubriremos palabras que hemos reducido o temido, pero que fueron diseñadas para despertar vida: shalom, santidad, fe, pecado y más. Es un regreso al Jardín, a la bendición inicial. Cada día meditaremos en una palabra para recordar quiénes somos y vivir desde plenitud, no desde fragmentación.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Ancla por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/iglesiaanclatj/?hl=es
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