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Descubriendo el propósito de mi vidaMuestra

Descubriendo el propósito de mi vida

DÍA 5 DE 5

Cuando descubrir tu propósito duele más que resistirlo

A veces descubrir el propósito de Dios para nuestra vida no comienza con una celebración, sino con una confrontación. Así le sucedió a Saulo de Tarso. Era un hombre brillante, apasionado y decidido. Estaba convencido de servir a Dios, pero caminaba en dirección opuesta a Su voluntad. Fue en ese camino de celo equivocado donde Jesús lo detuvo y lo llamó por su nombre: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? (...) Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:4-5 RVR1960).

La expresión “dar coces contra el aguijón” era una metáfora muy conocida en el mundo antiguo. El aguijón era una vara con punta de hierro que el agricultor usaba para guiar a los bueyes. Cuando el animal se resistía y pateaba contra ella, se hería a sí mismo. Esa imagen describe a la perfección lo que ocurre cuando luchamos contra la dirección de Dios: cuanto más resistimos Su voluntad, más nos desgastamos.

Muchos de nosotros, como Saulo, hemos tenido momentos en que “damos coces contra el aguijón”. Queremos controlar nuestro destino, aferrarnos a nuestros planes o imponer nuestro ritmo, pero al hacerlo nos lastimamos. Vivir fuera del propósito de Dios puede ser agotador. Intentamos llenar el vacío con actividades, logros o relaciones, pero nada satisface. Solo cuando nos rendimos a Cristo encontramos descanso.

Saulo pensaba que estaba defendiendo la fe, pero en realidad estaba persiguiendo al mismo Dios al que creía servir. Su encuentro con Jesús lo dejó ciego por tres días. Esa ceguera no fue un castigo, sino una lección: antes de ver el propósito de Dios, tenía que dejar de ver con sus propios ojos. Su visión humana debía morir para que naciera una nueva visión espiritual.

El propósito de Dios se revela a quienes se rinden. La pregunta que transformó la vida de Pablo fue: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6 RVR1960). Esa es la pregunta que todos debemos hacernos si queremos vivir conforme al plan divino. El propósito no se trata de “qué quiero hacer con mi vida”, sino de “qué quiere Dios hacer con mi vida”.

Descubrir el propósito a veces duele porque implica renunciar al control. Nos obliga a soltar lo que creíamos seguro para abrazar lo desconocido. Pero ese dolor es parte del proceso de transformación. Lo que Dios tiene preparado siempre es mejor que lo que dejamos atrás. Jeremías 29:11 (RVR1960) nos lo recuerda: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

El verdadero propósito no se descubre en la comodidad, sino en la obediencia. Dios le dijo a Saulo: “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (Hechos 9:6 RVR1960). No le dio todo el mapa, solo el siguiente paso. Así obra el Señor: revela su voluntad a medida que caminamos en fe.

Puede que hoy estés luchando con algo que sabes que Dios te está pidiendo. Tal vez te está llamando a perdonar, a servir, a cambiar de rumbo o a soltar un sueño personal. No sigas resistiendo. Rendirte a Dios no es perder, es encontrar el sentido por el cual fuiste creado.

Haz una pausa y examina tu corazón. ¿Estás luchando contra la dirección de Dios en alguna área de tu vida? ¿Estás “dando coces contra el aguijón”? Hoy, decide rendirte. Ora con sinceridad: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”. Obedece el paso que Él ya te mostró y confía en que te revelará el siguiente. El propósito se entiende caminando, no resistiendo.

Oración final:
Señor Jesús, gracias porque me amas lo suficiente para detenerme cuando voy en la dirección equivocada. Perdóname por resistir tu voluntad y querer tener el control. Hoy me rindo a ti. Abre mis ojos para ver tu plan y dame fe para obedecer, aunque no entienda todo el camino. Que mi vida refleje tu propósito y tu gloria. En tu nombre, amén.

Acerca de este Plan

Descubriendo el propósito de mi vida

Dios no te creó por casualidad. Fuiste diseñado con un propósito eterno que comienza en Él, se revela en Cristo y se desarrolla a través de tus dones, procesos y obediencia. Este plan de 5 días te guiará a descubrir cómo alinear tu vida con el propósito divino y vivir con plenitud en cada etapa, caminando paso a paso en la voluntad de Dios.

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Nos gustaría agradecer a Antonio Herrera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.facebook.com/Antoniorherrerac