Mi Ruta De Fe: Viviendo En La Verdad De Lo Que Dios Ya HizoMuestra

Versión bíblica utilizada en este plan: NVI

Día 1 Fe que recuerda lo que Dios ya hizo

“Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.” Hebreos 10:23 (NVI)

La carta a los Hebreos fue escrita a creyentes que estaban desanimados, tentados a rendirse ante la persecución. El autor los anima a recordar que su fe no depende de lo que están viviendo, sino de lo que Dios ya cumplió en Cristo. La promesa fue dada y sellada con sangre, y en esa fidelidad se sostiene nuestra esperanza.

No hay nada más que esperar. Solo permanecer firmes en lo que ya fue consumado.

Reflexión

La fe no es una emoción que sube y baja, ni un impulso que depende de cómo nos sentimos. La fe es una decisión, una convicción que se afirma en lo que Dios ya hizo. A veces oramos pidiendo señales, respuestas o pruebas, como si Dios aún no hubiese hablado. Pero la cruz fue Su respuesta más clara: ya nos dio todo en Jesús.

Nos cuesta entender que la fe no se trata de esperar a que Dios haga algo nuevo, sino de creer con certeza en lo que ya hizo por nosotros. En la cruz, Jesús dijo: “Todo se ha cumplido” (Juan 19:30, NVI). Jesús no dejó nada pendiente. Y esa verdad debería ser suficiente para vivir agradecidos, confiados y obedientes.

“En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1, NVI).

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte.” (Efesios 2:8–9, NVI).

Entonces, ¿por qué a veces vivimos como si Dios nos debiera algo? La fe madura entiende que el milagro más grande ya ocurrió: fuimos salvados. Y si Él fue capaz de darnos a Su Hijo, ¿cómo dudar de Su fidelidad?

Caminar en esta verdad nos libera del temor, la ansiedad y el afán. Nos invita a decirle: “Señor, no espero que hagas algo para creer. Creo porque ya lo hiciste.”

Oración

Señor Jesús,

Gracias porque tu obra en la cruz es completa.

Perdóname por las veces en que he esperado señales o respuestas para creer.

Hoy decido descansar en tu fidelidad.

Reafirma mi fe en lo que ya hiciste, no en lo que espero que hagas.

Enséñame a caminar con gratitud, confianza y obediencia, sabiendo que tu palabra es verdad y tus promesas no fallan.

Amén.