EN EL DESIERTOMuestra

UNA RELACIÓN EN EL DESIERTO

El pueblo de Israel ya había sido liberado de Egipto y había visto milagros impresionantes: el Mar Rojo abierto, el maná del cielo y el agua de la roca. Pero Dios no solo quería darles libertad y provisión, quería algo más: una relación cercana con ellos.

Por eso, los llevó hasta el Monte Sinaí. Allí, entre truenos, relámpagos y el sonido fuerte de trompeta, Dios se manifestó de una manera que ninguno podía ignorar. Moisés subió al monte, y Dios le entregó los Diez Mandamientos, una guía clara para que Su pueblo supiera cómo vivir.

Cuando los entregó, no fue simplemente para establecer reglas, sino para mostrar Su profundo amor por nosotros y enseñarnos cómo vivir en comunión con Él y con los demás.

• Los primeros mandamientos nos enseñan cómo amar a Dios: no tener otros dioses, no usar Su nombre en vano y guardar el día de reposo para honrarle.
• Los siguientes mandamientos nos muestran cómo amar a las personas: honrar a nuestros padres, no matar, no robar, no mentir ni codiciar.

Pero la historia no termina en el monte Sinaí. Ese amor de Dios se hizo aún más visible en Jesús, quien vino a cumplir la Ley y entregó Su vida por nosotros en la cruz. Él mostró que el propósito final de toda la Ley es el amor; amar a Dios con todo nuestro ser y amar al prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:37–39).

Dios no sólo quiere sacarte de tus desiertos personales, ni solo proveerte cuando tengas alguna necesidad. Él desea algo mucho más valioso: una relación viva, constante y cercana contigo. Jesús abrió ese camino para que ya no vivamos solo obedeciendo mandamientos, sino caminando cada día con un corazón transformado por Su amor.

Oración: “Señor, gracias porque no solo me rescatas y me provees, sino que también me invitas a conocerte más. Enséñame a caminar en tus mandamientos, no por obligación, sino por amor y por un deseo de agradarte.”

Para meditar:

Mateo 22:36-40 (RVR1960)"36 Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. "

Juan 14:15 (RVR1960)"15 Si me amáis, guardad mis mandamientos."