Hombres y una sana sexualidadMuestra

Día 3: Lecho conyugal sin mancha.

Probablemente debido a una sociedad hiper sexualizada tuvimos un encuentro sexual no deseado antes de tiempo, pero el plan de Dios es que nuestra sexualidad se despierte en nuestra adultez, cuando entremos en vínculo matrimonial.

Quizás ese encuentro previo, nos generó algún trauma, ya sea por un abuso, ideas erróneas por malas experiencias sexuales, malas prácticas, malos consejos recibidos, creencias familiares insanas, pornografía o alguna fantasía y lo llevamos a nuestra vida conyugal, provocando temor o alguna desviación al acto sexual.

Cualquiera que sea la razón que nos haya llevado a no tener una sana sexualidad, debemos tener presente que nunca es tarde para buscar ayuda, primero en oración, nosotros con nuestro Padre, con la certeza de que no estamos solos, que podemos buscar ayuda en nuestra iglesia local con consejería, con amigos que hayan pasado y superado situaciones similares, incluso grupos de apoyo enfocados en temas de sexualidad a la luz de la Biblia o terapia profesional Cristocéntrica.

La Palabra de Dios es muy clara indicándonos que la motivación sexual correcta inicia en nuestros pensamientos, en nuestra imaginación, nuestras fantasías; es por eso que debemos cuidar con qué alimentamos nuestra vista, nuestros oídos, lo que estamos frecuentando en lo oculto e iniciar con compromisos que nos lleven a cambiar esos hábitos incorrectos, por nuevas prácticas que agraden a Dios, buscar cómo tener amigos (del mismo sexo) que quieran vivir en pureza sexual al igual que nosotros, para tener reuniones sanas, en las que podamos expresarnos en un ambiente seguro de consejos bíblicos, en el que también podamos aportar consejo conforme vamos superando situaciones adversas. El Dr. Ted Roberts dijo algo muy cierto: “Hemos sido heridos en relaciones y el único lugar donde podemos ser sanados es dentro del contexto de relaciones”.

Oración: Señor, tengo luchas sexuales que quiero entregarte, Tú Señor conoces todo de mí, ayúdame a vencer las tentaciones huyendo y a procurar la pureza sexual. Guíame a un grupo de hombres donde pueda obtener ayuda para sanar mi sexualidad. En el nombre de Jesús, amén.