Preparados para El RaptoMuestra

Reflexión:

Estar arraigados en Cristo es esencial para estar listos para el rapto. La Biblia nos enseña que la santidad es requisito para ver al Señor (Hebreos 12:14), y que debemos apartarnos de la impiedad y los deseos mundanos. No se trata de miedo, sino de amor y reverencia a Dios, sabiendo que Él nos librará de la tribulación. Job nos recuerda que “el temor del Señor es la sabiduría” (Job 28:28), y esto incluye apartarnos de la mala inteligencia y de todo lo que nos aleje de Dios.

Cuando nos enfocamos en la Palabra, nuestro espíritu se fortalece y nuestra vida se alinea con la voluntad de Dios. Cada versículo que meditamos nos recuerda que estamos esperando un rapto pre-tribulacional, no la segunda venida. La preparación no es superficial: oración profunda, ayuno, lectura de la Biblia, confesión sincera y obediencia diaria son caminos que nos arraigan en Cristo y nos aseguran que seremos librados de la ira de los últimos días. Pues como dice en (Lucas 21:36), "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre". No basta con creer o no creer en el rapto para ser librado, sino tener una vida completamente apartada del pecado, del mundo, sus deseos, y estar en una profunda comunión con Dios, enamorados de Jesús, pues así fluirán sobre nosotros ríos de agua viva, y como la mujer samaritana, Él nos dará un agua de la cual no tendremos sed jamás.

Pregunta para meditar:

¿Estoy dedicando tiempo a Dios, permitiendo que la Palabra transforme mi vida y me prepare para poder ser digno de ser librado de la ira?

Oración:

Señor Jesús, fortalece mi corazón y mi mente para vivir arraigado en Tu Palabra. Ayúdame a apartarme de todo pecado, a caminar en santidad y a mantener mi esperanza en el rapto, confiando en que nos librarás de la tribulación venidera. Que mi vida refleje Tu verdad y que cada acción y pensamiento glorifique Tu nombre. Hazme vigilante, obediente y lleno de fe. En el nombre de Jesús, amén.