Entrando en La Presencia De DiosMuestra

Hoy, aún más cerca.

El anhelo de Dios de que estuviéramos con Él fue tan grande que no solo estableció un lugar donde hacer descender Su presencia, sino que Él mismo vino a andar entre nosotros. Envió a Su Hijo, Jesucristo. La presencia de Dios se manifestaba en Cristo mismo, Emanuel, Dios con nosotros.

Ese mismo Dios vino a terminar con esa gran separación que teníamos con Él. El velo se rasgó y hubo libre acceso al Lugar Santísimo para cualquiera que confiara en Jesús y Su sacrificio.

Ese sacrificio fue hecho por Jesús para ser reconciliados con el Padre de una vez y para siempre.

¿Qué acaso no lo hemos comprendido bien? ¡Tenemos acceso al Dios Todopoderoso y Santo gracias a Jesús! No sé si te has dado cuenta de la magnitud de lo que eso significa: el Padre ahora nos ve limpios, justificados; la brecha terminó. Hoy podemos acercarnos confiadamente a nuestro Dios.

Y aún mejor, cuando Jesús ascendió con el Padre, no nos dejó solos, nos dio al Espíritu Santo como sello de nuestra salvación, como la promesa de que Él vendría y de cómo Él estaría morando en cada uno de nosotros.

Nunca antes, nadie había tenido a Dios tan cerca como lo tenemos nosotros gracias al Nuevo Pacto en Cristo. Estar en la presencia del Señor nunca había sido tan fácil gracias a Él.

Entonces, ¿qué esperamos para encontrarnos con Él? Para hablarle, para fortalecer nuestra relación con Cristo, para acercarnos confiadamente, para anhelar conocerle cada día más.

¿Por qué dudamos tanto en si Él nos escucha o si está con nosotros? Si hemos comprendido el evangelio, no debe haber duda alguna de ello en nosotros.

Apliquemos lo aprendido

¿Por qué ahora podemos acercarnos al Padre con confianza?

¿Cómo el evangelio me ayuda a comprender la presencia de Dios ahora en mi vida?