Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este capítulo, Jesús se enfoca en la actitud correcta del corazón para acercarse a Dios. A través de la parábola de la viuda y el juez injusto, enseña la necesidad de orar siempre y no desmayar. Luego, con la parábola del fariseo y el publicano, muestra que Dios no escucha al que confía en su propia justicia, sino al que se acerca con humildad, reconociendo su necesidad de misericordia. Jesús bendice a los niños como modelo de fe y desafía al joven rico, demostrando que la entrada al Reino requiere una dependencia total de Dios.

Equipamiento

Este capítulo nos equipa para cultivar una oración perseverante y una fe humilde. Nos forma para acercarnos a Dios, no confiando en nuestra propia bondad, sino en su misericordia, como el publicano que decía: "Dios, ten piedad de mí, pecador". Nos enseña a no desmayar en la oración, confiando en que nuestro Padre responderá.

Al Corazón

En mi relación con Dios, ¿me parezco más al fariseo, confiando en mis propios méritos, o al publicano, dependiendo completamente de la gracia de Cristo?

¿Mi vida de oración refleja la fe persistente de la viuda, confiando en el cuidado y la justicia de Dios, o me rindo fácilmente?

Misión

Hoy, dedica un tiempo especial a la oración, no para pedir, sino para adoptar la postura del publicano. Preséntate con sinceridad ante Dios y reconoce tu total dependencia de Él. Pídele que te muestre las áreas donde has estado confiando en ti mismo y ríndelas al Espíritu Santo.