Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este salmo, el pueblo recuerda el apasionado juramento de David de no descansar hasta encontrar un lugar de morada para Jehová. En respuesta a este celo, Dios le hace un juramento a David: “Del fruto de tus entrañas pondré sobre tu trono”. Esta promesa de un heredero eterno en el trono de David encuentra su cumplimiento final en el Mesías, Jesús. El salmo termina con la gozosa celebración de que Dios ha elegido a Sion como su morada para siempre y la promesa de que revestirá de salvación a sus sacerdotes y de gloria a su Ungido.

Equipamiento

Este salmo nos equipa para confiar plenamente en las promesas de Dios, sabiendo que Él siempre lleva a cabo su propósito eterno. Nos forma para valorar la presencia de Dios como el mayor tesoro, como lo hizo David. Nos recuerda que, en Cristo, el plan de redención se ha cumplido y que ahora nosotros, como iglesia, somos el templo donde el Espíritu Santo habita.

Al Corazón

¿Reconozco y me someto gozosamente al gobierno de Cristo sobre cada área de mi vida?

¿Valoro la presencia de Dios con la misma pasión que David, deseando que mi vida sea un lugar de morada permanente para Él?

Misión

Hoy, vive como templo del Espíritu Santo, una morada santa donde Cristo es exaltado. Tu misión es agradar a Dios a través de tus decisiones y acciones. Elige una forma práctica de honrarlo: puede ser con un acto de integridad en el trabajo, con paciencia en tu hogar, o con generosidad hacia un necesitado.