Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 3, Lucas sitúa el inicio del ministerio de Juan el Bautista y de Jesús en un contexto histórico muy específico. Juan predica un bautismo de arrepentimiento, llamando a la gente a producir frutos que demuestren un cambio de corazón genuino. Luego, Jesús mismo es bautizado, y en ese momento crucial, el cielo se abre, el Espíritu Santo desciende sobre Él en forma de paloma, y la voz del Padre declara su identidad y su deleite: "Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia".

Equipamiento

Este capítulo nos equipa para fundamentar nuestra identidad en la voz del Padre. Así como Jesús fue afirmado, nosotros, en Cristo, somos hijos amados de Dios. Esta verdad nos da seguridad y propósito. Nos forma para vivir una fe auténtica que no se queda en palabras, sino que se demuestra con un arrepentimiento genuino y una vida transformada por la obediencia al Señor, quien es digno de nuestra total sumisión.

Al Corazón

¿Mi vida está produciendo frutos dignos de arrepentimiento, o mi fe es solo una declaración externa?

¿Reconozco a Jesús no solo como Salvador, sino también como el Señor digno de mi obediencia?

Misión

Hoy, tu misión es vivir como un hijo amado. A lo largo del día, en momentos de duda, tentación o inseguridad, recuérdate a ti mismo la verdad que el Padre declaró sobre Jesús y que ahora es tuya en Él: "Soy un hijo amado de Dios". Deja que esta verdad te dé la confianza para vivir con gozo y obediencia.