Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

Mateo, en este capítulo 27, muestra que la crucifixión de Jesús no fue una derrota trágica, sino el cumplimiento victorioso del plan redentor de Dios. Aunque fue juzgado como un criminal, cada detalle (la corona de espinas, la inscripción "Rey de los judíos", su clamor en la cruz) revela su verdadera realeza y su obediencia como el Siervo Sufriente. Su muerte no fue un accidente; Él entregó su vida voluntariamente por amor, para darnos acceso directo al Padre.

Equipamiento

Este capítulo nos equipa con una visión clara de que no hay evangelio sin la cruz. Nos forma para reconocer a Jesús como nuestro Rey, no solo en su gloria, sino también en su humillación y sacrificio. Gracias a su obra en la cruz, donde derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados, hoy podemos ser llamados hijos de Dios. Esta verdad nos da identidad y propósito.

Al Corazón

Al contemplar a Jesús en la cruz, ¿comprendo verdaderamente que Él entregó su vida y derramó su sangre por mis pecados específicos?

¿Este entendimiento provoca en mí un profundo deseo de rendir mi vida en adoración y servicio, en agradecimiento por su incomparable sacrificio?

Misión

Hoy, participa en la misión compartiendo las buenas nuevas del sacrificio de Jesús. Piensa en una persona que aún no ha comprendido la profundidad de este amor. Ora para que Dios abra su corazón y busca una oportunidad para explicarle, de manera sencilla, que en la cruz se encuentra el perdón y la esperanza eterna.