Moldeada Por Las Promesas De Dios: Lecciones De La Vida De SaraMuestra

Dios quiere que nos dejemos moldear por sus promesas

Al comienzo de la historia de Abram y Sarai, Dios es como un misterioso desconocido. Ninguna persona de confianza sabía nada de Él porque, poco a poco, por toda la faz de la tierra, se había ido esfumando el conocimiento de Dios.

Ese Dios le hace promesas sorprendentes a Abram:

"Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición" (Génesis 12:2, RVR).

Ser “bendecido” implica que Abram será rico y tendrá un futuro brillante donde las cosas le saldrán bien. Tener un gran nombre implica que personas de todas partes no solo conocerán a Abram, sino que pensarán bien de él. Por no hablar de tener una familia del tamaño de una nación y el destino de bendecir al mundo entero.

Sarai no se menciona específicamente aquí, pero es probable que esté muy contenta con estas asombrosas promesas que cambiarán su vida en gran manera.

Una de las cosas que intento que descubras en la historia de Sara es cómo cambia su carácter con el tiempo. La verás pasar de ser una mujer inquieta, controladora, insegura y centrada en sí misma, a ser una mujer de Dios confiada y segura, que asume un gran riesgo y luego su vida se llena de risas y alegría. ¿Qué marca la diferencia? Este versículo lo resume muy bien:

[Sara] consideró fiel al que le había hecho la promesa. (Hebreos 11:11, NVI)

¿Ves la palabra consideró? Es un término relacionado con la contabilidad. Piensa en un banquero que considera tu solicitud de préstamo y sopesa las pruebas que le das para que tome una decisión. De modo que cuando Sara observa a Dios desde varios ángulos en la línea del tiempo, considera que Él es fiel, y esto es lo que la transforma. Al ver que Dios cumple sus promesas, Sara espera que ese patrón continúe.

Sara se dejó moldear por las promesas de Dios, que es lo que Dios desea de ti también. La historia de Sara no estaba destinada solo a Sara; esa es la buena noticia, también fue destinada a ti y a mí. Mientras lees y estudias su relato, deja que la fidelidad de Dios te abrace a medida que se cierra el paréntesis en la vida de Sara y observas su fidelidad en tu propia vida. Dios quiere que te conviertas en una mujer que (aun en la espera) pueda recibir la misma descripción que Sara:

__________________ consideró fiel al que le había hecho la promesa.

Escribe tu nombre en el espacio en blanco y léelo en voz alta. ¿Quieres que eso sea verdad para ti? Entonces, abre la Biblia en una de las partes buenas de Génesis 12 y prepárate para dejarte moldear por las promesas de Dios.

Oración:
Dios, enséñame a considerar tu fidelidad por encima de mis dudas, y a dejarme transformar por tus promesas hasta que mi vida refleje la confianza de Sara. Amén.