Del Dolor a la Verdadera Libertad- Sanidad del Abuso SexualMuestra

Un alma en libertad

Testimonio:

"Dios restauró profundamente mi corazón a través del programa de sanidad ‘Corazón Puro’ del ministerio Ya Basta donde me encontré con la verdad. Jesús cargó el dolor que me hundía una y otra vez, durante este proceso le permití a Jesús que Él quitara el candado de ese dolor y entrara a rescatar a esa niña de 6 años. Hoy tengo el privilegio de ser parte de este ministerio de sanidad y colaborar como facilitadora de programas de restauración para quienes sufrieron abuso sexual. Declaro con firmeza que la verdadera fuente de sanidad solo se encuentra en una persona: JESÚS. Atte. Un alma en libertad".

El Dios que nos consuela en medio de nuestras tribulaciones (2 Corintios 1:3-4) no solo se acerca a sanar nuestras heridas, sino que nos convierte en instrumentos de esperanza y restauración para otros. Lo que en un tiempo fue vergüenza, dolor o silencio, en Cristo se transforma en un testimonio de poder, amor y libertad.

El proceso de sanidad es un camino en el que abrimos nuestro corazón a Jesús para que entre en lo más profundo, incluso en esos recuerdos que hemos cerrado con llave. Él tiene la llave, Él es quien quita el candado del dolor. Cuando le permitimos entrar, no solo restaura nuestra historia, sino que nos levanta como faros de esperanza para quienes todavía están en la oscuridad.

La promesa final es clara: llegará un día en el que no habrá más lágrimas, llanto ni dolor (Apocalipsis 21:4). Esa es la esperanza eterna que sostiene nuestra sanidad presente. Cada paso de libertad que damos en Cristo apunta hacia ese día glorioso, cuando todo será completamente restaurado.

Aplicación personal:

• Reconoce que Jesús no solo quiere sanar tu herida, sino también usarte como canal de consuelo y esperanza para otros.
• Entrega a Dios las llaves de esas áreas que aún permanecen cerradas y confía en que Él quiere rescatarte.
• Mantén tus ojos en la esperanza futura: un día no habrá más dolor ni lágrimas.

Oración:

Señor, gracias porque eres el Dios de toda consolación. Gracias porque entraste a mi historia y me rescataste de lo profundo de mi dolor. Hoy te entrego las llaves de mi corazón para que sanes todo lo que aún está roto. Te pido que uses mi vida para consolar a otros y que mi testimonio sea luz para los que aún están en tinieblas. Anhelo el día en que Tú mismo enjugarás toda lágrima de mis ojos. En Ti tengo verdadera libertad. Amén.

Preguntas de reflexión:

1. ¿Qué “candados del dolor” necesitas permitir que Jesús abra en tu vida?

2. ¿Cómo puedes ser un canal de consuelo y esperanza para alguien más, a partir de tu propio proceso de sanidad?

3. ¿De qué manera la promesa de Apocalipsis 21:4 te anima a seguir caminando en libertad hoy?

¿Te animó este plan? Te invitamos a visitar la página de nuestro programa de sanidad Corazón Puro, inscríbete si reconoces que necesitas entrar en un proceso de sanidad del abuso sexual de la mano de Dios. https://yabastaonline.com/corazonpuro/