Del Dolor a la Verdadera Libertad- Sanidad del Abuso SexualMuestra

Dios tiene el poder para sanar un corazón roto

Testimonio:

"Experimenté el abrazo de Dios y su amor por mí. Hubo momentos que me preguntaba quién podría amar a alguien como yo...".

Otra herida por el abuso nos dice una mentira: que no somos dignas/os de amor. Esa voz interna susurra: “¿Quién podría amarme?”. Esa pregunta no viene de Dios sino del padre de mentiras. Para contrarrestar esa mentira necesitamos creer que nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Por muchos años experimenté dolor y agonía. El abuso sexual es un ladrón que roba. Es mi más grande anhelo que este devocional te ayude a romper el silencio.

Aplicación personal:

• Sustituye cada pensamiento de “nadie me puede amar” por la verdad: Dios me ama con amor eterno.
• Entrega a Cristo tu dolor emocional, sabiendo que Él ya lo cargó en la cruz.
• Cree que tu historia puede ser restaurada: lo roto Dios puede hacerlo nuevo.

Oración:

Señor, gracias porque me amas con amor eterno. Tú me abrazaste cuando yo dudaba de mi valor, y me recordaste que soy tu hija/o amada/o. Hoy te entrego lo roto en mi corazón, mi dolor y mis heridas, confiando que Tú las sanas y me devuelves lo que fue robado. Gracias porque en Jesús tengo restauración, sanidad y esperanza. En tu nombre, amén.

Pregunta de reflexión:

1. ¿En qué momentos has creído la mentira de que nadie podría amarte? ¿Cómo responde Dios a esa mentira en Jeremías 31:3?